Mi nombre es Daniela Echeverría, tengo 37 años. Soy mamá y abuela, estudio Derecho y hace casi dos años fui diagnosticada con un cáncer infiltrante ductal de mi mama derecha.

Ante la enfermedad, realicé mi quimioterapia neoadyuvante en el hospital público Dr. Sotero del Río, donde me realizaron una mastectomía total más disección axilar y, posteriormente, 25 sesiones de radioterapia, hasta marzo de este año.

En junio comencé con dolores en cadera y columna, los que fueron cada vez más fuertes. Después de exámenes de imagen y ser derivada al servicio de cuidados paliativos, el cáncer se volvió a hacer presente avanzando de etapa y provocando una metástasis ósea. Hoy soy una paciente oncológica con un cáncer en etapa 4 y metástasis ósea.

Para el tratamiento fui postulada al Comité de Drogas de Alto Costo (DAC), donde me rechazaron el medicamento que puede ayudarme a tratar la metástasis. Además, no me dieron motivos del rechazo ni me permitieron acceder a los documentos para tener esa información.

Me indicaron seguir con hormonoterapia por un año, mismo medicamento que no me ha funcionado. Nadie se hace cargo de la situación, los días pasan y me encuentro sin tratamiento, los días pasan y para mí es un día menos. Incluso consulté una segunda opinión en una clínica privada, donde un oncólogo me señaló que esta droga de alto costo es vital para mi salud.

Yo sé que el cáncer no se irá, pero el medicamento me permitiría al menos prolongar mi vida. Sin embargo, no puedo pagarlo, cuesta 5 millones mensuales y hoy mi única alternativa es realizar bingos, rifas y otras actividades para intentar reunir el dinero y comprarlo ya sea en Chile o el extranjero. 

He enviado cartas al Ministerio de Salud, e incluso al presidente, pero nadie me ha dado una respuesta sobre lo que pasa con este tipo de casos. 

Por eso le pregunto a las autoridades de salud pertinentes: ¿Dónde están los dineros que no han sido liberados de la Ley Nacional del Cáncer? Sé que como yo somos muchas mujeres, de diferentes edades y realidades. También sé que vendrán muchas más. Con esos 60 mil millones de pesos podríamos salvar vidas, porque el ser metastásica no me condena a morir y eso es lo que el Estado hace, dejarnos morir. ¡Yo solo quiero vivir!

Actualmente pertenezco a una linda fundación MUJER y CÁNCER CHILE dónde nos apoyamos entre nosotras porque el Estado y ustedes las autoridades, como nuestros representantes, no nos ven.

¡Apoya y difunde! Si logramos los apoyos las autoridades deberán responder en este mismo sitio web.