Pregunta para Senado
Mi hijo de 5 años es víctima de acoso escolar y el centro educativo le da la espalda. ¿Cuándo van a incorporar profesionales ajenos al centro para llevar a cabo los protocolos de bullying y evaluar de manera imparcial las denuncias de las familias?
Hola, me llamo Daniela y escribo este texto en Osoigo para visibilizar una realidad que sufren muchos niños en sus centros educativos: el acoso escolar y la pasividad de las instituciones frente a este. Mi hijo Víctor, de cinco años, está siendo víctima de bullying en el colegio y nadie está haciendo nada para asumir y frenar esta situación tan complicada.
Todo empezó cuando en casa comenzamos a notar cambios en su comportamiento. De repente, quiso dejar de ir al colegio, nos comentaba que solo jugaba con una de sus compañeras de clase y que no quería hacerlo con el resto porque le empujaban y le trataban mal. Un día, a principios de este curso escolar, vino a casa con marcas en el cuerpo que no nos cuadraban (mordiscos, moratones en los brazos, arañazos…).
En ese momento, decidimos ir a hablar con dirección por segunda vez, puesto que ya habíamos ido a comunicar anteriormente las situaciones que nos contaba nuestro hijo en casa. Nos negaron rotundamente la posibilidad de abrir un protocolo para considerar si había o no acoso escolar en sus aulas, por lo que decidimos acudir al centro, pero esta vez con la policía. Fue entonces cuando nos dijeron que abrirían un protocolo para estudiar el caso.
Al estar en esta situación, pregunté y conocí casos del mismo centro en los que habían abierto un protocolo de investigación de bullying y enseguida los habían cerrado. En nuestro caso también fue así. Activaron el protocolo porque lo solicitamos nosotros, pero enseguida dijeron que no había evidencias de que Víctor estuviese sufriendo acoso en las aulas. Dicho protocolo consiste en mantener bajo supervisión de dos profesores (del mismo centro donde ocurre el acoso) a la supuesta víctima de bullying y a su entorno. Si durante 15 días estos docentes no ven evidencias de que se está produciendo acoso escolar contra el menor, desactivan el protocolo y cierran el caso.
El problema está en que a ningún centro le interesa ser protagonista de casos de bullying en sus instalaciones y, por este motivo, los trabajadores del centro (docentes, administrativos, personal de dirección, etc) suelen negar casi siempre la existencia de acoso escolar cuando se activa el protocolo. Por esto, es muy necesaria la figura de un profesional externo al centro que investigue y observe el caso para determinar si la acusación de la familia de la víctima es real o no.
De momento, nuestra vida sigue igual. Mi hijo llega a casa con agresiones físicas todos los días y diciéndonos que se quiere cambiar de colegio, cosa que hemos solicitado y que nos han denegado hasta el siguiente curso escolar. La diferencia está en mi manera de proceder. A diario le envío un email al profesor de Víctor contándole las nuevas marcas que han aparecido en su cuerpo tras la jornada escolar. Lo estoy dejando todo por escrito para que quede constancia.
Además, hemos solicitado ayuda psicológica porque estamos viendo que Víctor empieza a tener problemas de autoestima, de control de la ira e incluso de control de esfínteres y pensamos que puede estar asociado a todo lo que está sufriendo en el cole. Esta ayuda psicológica no nos la conceden y nuestra única opción es ir por la vía privada, hecho que no parece para nada justo cuando se trata de unas consecuencias relacionadas a una situación que se está viviendo en un centro escolar público.
Con todo esto, me gustaría pedir a las instituciones que revisen los protocolos que tienen los centros para detectar casos de bullying y que consideren la importancia de incorporar en estos protocolos a profesionales que sean totalmente ajenos al centro para que valoren de forma imparcial la situación. Por otra parte, también es necesario que exista en los centros acompañamiento psicológico para los niños que son víctimas de acoso escolar. Espero que tengan en cuenta esta petición, que no es únicamente de nuestra familia, sino de muchas otras que están pasando por una situación igual o parecida.