Mi nombre es David, soy profesor y pienso que la educación emocional es esencial para mejorar la salud mental de los más pequeños. En otros países como Reino Unido y Malta y en otras comunidades autónomas como Canarias esta materia ya se ha implementado con éxito, ¿por qué no lo llevamos a cabo en el resto de España?

Canarias ha sido la primera comunidad autónoma en implementar un área de Educación Emocional y para la Creatividad obligatoria y, aunque todavía no hay muchos datos, los resultados muestran una mejoría notable. Desde 2014, los alumnos de primero a cuarto de primaria tienen dos sesiones semanales en las que trabajan las emociones. Una asignatura obligatoria que les enseña a identificar, valorar y gestionar sus estados de ánimo. 

Desde que se implementó muchos docentes piensan que el clima en el aula ha cambiado a mejor. En una entrevista para el periódico El País (2019), Mónica Viña, directora del colegio público La Laguna, en la isla de La Palma, explicaba: “Ha cambiado el clima del aula, ahora se lo piensan mucho antes de insultar a un compañero o juzgarle. Han perdido el miedo a decir que se sienten tristes, y buscan soluciones”. 

Esta materia puede ayudar no solo a entender las propias emociones sino a trabajar la empatía con el resto de los compañeros. Socialmente seguimos pensando que existen “emociones buenas y malas” y nos castigamos por sentirnos tristes o molestos. Tenemos que cambiar esta visión y solo podemos hacerlo aprendiendo a trabajar los sentimientos desde la infancia. 

Además, mediante la educación emocional también podemos ayudar a disminuir los problemas de acoso escolar y la discriminación de grupos vulnerables ya que siempre suelen estar relacionados con conflictos emocionales que no se han trabajado bien desde la base. 

Cubrimos la salud física de niños, niñas y adolescentes mediante la asignatura de Educación Física, pero ¿por qué no lo hacemos también con la salud mental? Ahora esta materia es más necesaria que nunca, debido a la pandemia de la Covid-19 la salud mental de este colectivo se ha visto enormemente afectada. Cada vez niños y niñas de menor edad acuden a consulta por problemas como depresión, ansiedad o ideación suicida. No podemos ignorar la salud mental de los más jóvenes, debemos ayudarles a gestionar sus emociones para que sepan identificar los problemas y aprender a solucionarlos con la atención adecuada. 

Por todo esto quiero dirigirme al Parlamento de Galicia para que, como ya se ha hecho en otras comunidades, actúen para implementar un área de Educación Emocional y para la Creatividad obligatoria en todos los centros educativos. Sin duda debe de ser algo prioritario.