Nunca me he identificado completamente con las políticas de izquierda y derecha. Compartía y comparto cosas indistintas de unos y otros, buscando el equilibrio y obteniendo lo más justo de cada uno. Hasta que un día conocí la figura de Adolfo Suárez y empecé a documentarme sobre la transición política en España. Un conjunto de personas, políticamente de centro, que fueron capaces de sentar en una misma mesa a los que, 30 años antes, estaban matándose en las trincheras. Fueron capaces de pasar página, dejar de lado lo que les diferenciaba y remar juntos hacia un sistema de libertades y democracia. Por ello opto por el centro político, por el equilibrio, por la gente honrada, transparente y que busca sumar para sacar un país en el que reina la desilusión. 

Parecía que los jóvenes lo teníamos todo. Todo aquello que tanto costó a nuestros padres y abuelos. Pero no. Lo estamos perdiendo por la irresponsabilidad de los que nos gobiernan. Es hora de pasar a la acción y recuperar la ilusión por ser y estar.