Hola, soy David. En la pasada noche del 22 al 23 de junio acudí con mi pareja al Hospital de León ya que ambos supimos que ella estaba de parto. La primera vez que subimos fue a las 00:30, pero consideraron que no era el momento de dar a luz todavía y nos mandaron a casa a las 2:00. 

Los hechos más graves tuvieron lugar a las 3:40, hora en la que llamé a la ambulancia, que tardó media hora en llegar. A las 4 de la mañana nació nuestra hija. En casa.

Esta fue una odisea que en ningún momento deseamos. A pesar de llegar con contracciones cada cinco minutos, los sanitarios consideraron que no era el momento. Tras analizarlas mediante un monitor, los responsables de obstetricia dijeron que no hacía falta hospitalizar. Nos preguntaron dónde vivíamos, les dijimos que en Villaobispo de las Regueras, una localidad del alfoz de León (también nos preguntaron dónde estaba). Al saberlo, nos dijeron que estábamos cerca y que deberíamos volver en dos horas. 

Los dolores, por supuesto, fueron muy intensos. Gracias a la intervención de la madre de mi pareja la niña pudo venir al mundo en casa con el estrés que esa situación lógicamente conllevaba. 

El viernes 25 se nos da el alta emplazándonos al día siguiente a las 09:00h al mismo departamento para realizar prueba de la bilirrubina, sorpresa, un trámite que se presupone rápido duró hasta las 13:15h (4h 15min allí ) porque hubo que repetir dicha prueba, ¿motivo? La sangre coaguló ¿por qué? Porque según comentó una enfermera sin querer, para que el celador no diera más de un paseo hubo que esperar a hacerlas todas. 

El tiempo de espera se demoró y la prueba es fallida... Vuelta a empezar... Allí con una bebé de un día y una mujer recién dada a luz. A la 13:30 se nos comunica que hay que ingresar a la niña, ¡pero que no hay cama! Que espere allí mientras sentado con mi mujer y mi hija. Evidentemente me niego y me voy a mi casa dando cuenta de mi teléfono para que me avisen en el momento de poder ingresar... Están de acuerdo.

Nunca me llamó nadie, nosotros de forma voluntaria y ética. A las 16:15 nos presentamos en admisión para ver qué pasaba, por qué no llamaron... A las 16:30 ingresan a la niña en pediatría con su madre, una primera atención correcta a no ser que una enfermera o auxiliar casi arranca el cordón umbilical a la niña teniendo que llamar a una pediatra de urgencia.

Por eso reclamamos que esto cambie ya, no por nosotros, sino para que nadie más pase por este trance. Queremos respuestas y que los protocolos sean coherentes con la realidad de las madres. Reclamamos al Sacyl que tome las decisiones necesarias para evitarlo. 

A todos los demás os agradezco mucho el apoyo a este tema, pidiendo que lo difundáis por todas vuestras redes. Juntos lo conseguiremos. Muchas gracias a todos.

Súmate a esta iniciativa ¡todos ganamos!