Pregunta para Congreso de los diputados
Soy David y el año pasado perdí el brazo derecho, ¿por qué la seguridad social no me cubre el precio íntegro de la prótesis y por qué son tan lentos los trámites para que se reconozca un grado de discapacidad y sus trámites añadidos?
El 5 de julio de 2019, hace poco más de un año, mi vida dio un giro sideral, de esos que cambian tu perspectiva, tu forma de andar el camino que daba forma a tu realidad. Me encontraba en la carretera con mi moto de ruta en Burgos cuando sufrí un aparatoso accidente.
Cuando desperté, había ciertos añadidos a mi cuerpo. Más moratones, más lesiones, más heridas y e, definitiva, bastante más dolor de lo que venía siendo habitual. Había muchos añadidos, pero faltaba algo: mi brazo derecho había desaparecido.
No era la mejor noticia. Despertar, tras un accidente, y descubrir que te falta una extremidad no es plato de gusto para nadie. Pero, la verdad, que, a pesar de todo, afronté la situación con la perspectiva de alguien que había despertado y había descubierto que le faltaba un brazo y que, sin embargo, tenía la suerte de haber despertado.
Ahora, un año después, y tras un largo camino de recuperación, que sigo recorriendo, puedo decir que, a base de fuerza de voluntad, he conseguido superar casi todos los retos que la vida cotidiana, poco adaptada a la diversidad funcional, le podía poner por delante a un manco. Podéis ver todos mis progresos en mi perfil de Instagram: @aprendiendoasermanco.
He realizado un gran esfuerzo, por mí mismo, por adaptarme a mi nueva situación y he logrado grandes proezas. Sigo aprendiendo e intentando comprender cuales son los límites de la realidad que se me presenta en la actualidad. En esta nueva realidad he encontrado luces y sombras: por un lado, el apoyo incondicional de mi gente, que siempre ha estado ahí para animar esos días grises; por otro, la falta de empatía de las autoridades.
Dentro de poco tiempo me tiene que llegar la prótesis que reemplace mi brazo derecho. Prótesis que tengo que pagar yo mismo, ya que la seguridad social no cubre los gastos completamente, alegando que como el accidente lo provoqué yo, es mi responsabilidad y debe ser el seguro quien se haga cargo del pago, pero mi seguro tiene cobertura a terceros.
Es surrealista que una seguridad social que abala una sanidad pública y gratuita no se haga cargo íntegramente de los gastos derivados de un accidente de tráfico, agarrándose al clavo ardiendo de la culpabilidad. ¿Creen que yo quería tener el accidente?
Señores del Congreso de los Diputados, creo que no pido nada que no sea justo cuando digo que, tanto mi prótesis como la de cualquier persona que haya sufrido un accidente similar al mío, debería ser abonada íntegramente por una seguridad social que, en principio, es un derecho para todos nosotros.
Además, en mi humilde opinión, se deberían agilizar los trámites burocráticos para solicitar el reconocimiento de una discapacidad y no tener que esperar varios años para poder disfrutar de los beneficios que te otorga este reconocimiento. Más lentos son todavía los trámites derivados del grado de discapacidad: solicité la movilidad reducida poco tiempo después del accidente y, aun teniendo una rodilla con tres ligamentos rotos y faltándome un brazo, no me la concedieron. Ahora, que puedo andar, es cuando, a través de un dictamen, me han concedido la movilidad reducida y no cuando más lo hubiera necesitado.