Pregunta para Senado

Soy una mujer trans marroquí. Necesitamos que se nos crea y se nos apoye cuando tenemos un problema de salud mental

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Daya Mansouri Pregunta de Daya Mansouri

Hola, soy Daya Mansouri, una chica trans marroquí de 25 años. Nací en Tanger y con 9 años vine a España y he sufrido todo tipo de fobias y depresión por mi identidad. Inicio esta petición para pedir a las instituciones más credibilidad y apoyo para las personas que padecemos alguna patología de salud mental, así como mejorar la atención psicológica y visibilizarla más. 

Desde que tengo uso de razón supe que no cumplía con el estándar de hombre impuesto, no me sentía como tal. La familia y la sociedad en general te intentan imponer y te fuerzan para que lo seas, pero con el tiempo mi deseo de no ser hombre seguía siendo más fuerte. Estudié, encontré trabajo y me fui de casa y desde ese momento empecé mi vida como Daya.

A día de hoy estoy mucho más tranquila, más feliz y me siento mejor porque pensaba que lo que tengo ahora iba a ser literalmente imposible. Solo soñaba con ello, de hecho me pasaba todo el día durmiendo porque me pasaba el día imaginando mi vida ficticia. Al final, de ficción nada porque es real y lo he hecho yo por lo que todo es posible.

Durante toda mi vida yo he sufrido unas cuantas fobias: la homofobia, el racismo, la xenofobia, la transfobia y la misoginia. He pasado por todo. Ha sido muy difícil pasar por todo esto y mentalmente es muy duro porque muchísima gente te rechaza. En mi primer trabajo, cuando yo aun no estaba con las hormonas y era andrógina, los y las clientas, sin conocerme de nada, me preguntaban si era hombre o mujer y cuestionaban mi identidad. me decían cosas, y me las siguen diciendo, tipo, “cómo vas a ser mujer con esa voz”. 

La situación ha mejorado mucho y puedo hacer mi vida totalmente normal, pero siempre hay gente que quiere hacerte daño. Por ejemplo, el otro día de fiesta le gusté a un chico, estábamos conociéndonos y de repente sus amigos le dijeron, “no, no que es un hombre”, son cosas que a día de hoy me siguen chocando mucho. Son episodios de transfobia con los que creo que me tocará seguir viviendo. 

Sin embargo, ahora ya no me afecta tanto. Antes salía de mi casa super arreglada, maquilladísima, con tacones, es decir, lo más femenina posible, era demasiado porque me agobiaba y yo no quería salir así a la calle, pero lo hacía para no sufrir estos episodios de fobias. Me hiperfeminizaba para no sufrir ataques. Todo esto ha afectado enormemente mi salud mental, lloraba bastante, me daba miedo salir, presentarme de cara al público. Me daba miedo y me lo sigue dando, pero ahora tengo otros miedos como mujer y como transexual. 

Desde pequeña la salud mental es algo que se ha visto afectado en mi. Cuando estaba en casa de mis padres y me tenía que esconder, tenía que ocultar mi verdadera identidad, tenía episodios de diarrea constante y un dolor de barriga increíble. Mi depresión y mi frágil salud mental hacían que mi salud física también flaqueara. En cuanto me fui de allí no los he vuelto a tener. 

Iba al psicólogo desde que era joven, pero a uno privado que me ayudo mucho y me hizo darme cuenta de muchas cosas. Para poder recibir atención pública y entrar en la unidad para que atendieran la transexualidad necesitaba un informe de un psicólogo público. Cuando fui con 18 años a mi médico de cabecera me comentó que si no me quería operar, no quería ser mujer y a los 19 el psicólogo me llamo loca por no querer operarme, me dijo que era solo una etapa y aun así tuve el valor de salir adelante. Recuerdo que salí de la consulta y quise tirarme por la terraza, pensé en suicidarme. 

Yo tuve la fuerza de seguir pero muchas personas no la tienen. La responsabilidad afectiva de las personas es esencial, pero mucho más si se trata de personas que cuidan y atienden tu salud mental. Necesitan más formación en ciertos temas “nuevos” porque la atención psicológica que yo recibí en lo público me pareció obsoleta y horrible.  

Ante toda la situación que he vivido pido a los miembros del Senado:

  • Relevancia. Necesitamos que no se quite credibilidad a los problemas y patologías de salud mental y a las personas que lo padecen. Que tener depresión no es solo estar triste, no se arregla con unas vacaciones.
  • Acompañamiento. Necesitamos sentir que la salud mental es importante, y para ello es necesario invertir en ella y mejorarla con una atención de calidad y constante, que no se demoren tanto las citas.
  • Información. Hay que conocerla y sobre todo, visibilizar la salud mental para desestigmatizar a las personas que sufren algún tipo de patología relacionada. La visibilidad y el acompañamiento para estas personas es vital. Lo peor que podemos hacer es dejar sola y aislar a una persona con salud mental, que no nos puede dar vergüenza hablar de ello, que esa persona no está loca.
  • Conciliación laboral y educativa. Dar charlas para que se pueda normalizar y formar a la sociedad y a los y las profesionales sanitarios.
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