Pregunta para Parlamento de Andalucía
Soy Debora y tengo movilidad reducida, ¿Cuándo se hará cumplir la Ley Universal de Accesibilidad para garantizar nuestra igualdad de oportunidades?
Hola, mi nombre es Debora Espinel, tengo 39 años y soy de Jerez de la Frontera. Mi vida cambió por completo en 2012 tras una operación urgente para intervenir un tumor intramedular benigno que me diagnosticaron hace más de 10 años. Algo salió mal en la operación, la segunda cirugía desde que padezco este tumor, y desde entonces soy una persona con movilidad reducida: no tengo movilidad desde la cadera hasta abajo. Entré andando a la sala de operaciones y salí en silla de ruedas.
Gracias a mi personalidad y con la ayuda de los míos he rehecho con mucho esfuerzo mi vida adaptándome a mis nuevas circunstancias. Soy veterinaria pero he tenido que luchar para reincorporarme al mercado laboral, primero en una empresa como teleoperadora y actualmente como jefa de Equipo en una Ortopedia de mi ciudad.
Nunca he querido aceptar la discriminación por ir en silla de ruedas y lucho cada día por demostrar que puedo tener una vida normal. Pero en estos años he podido comprobar que la sociedad y las administraciones tienen todavía mucho por hacer para aceptarnos e integrarnos como iguales.
En mi día a día, compruebo la falta de empatía de buena parte de la ciudadanía: muy pocos respetan nuestra preferencia en las plazas de aparcamiento reservadas para PMR (Personas de movilidad reducida), algunos bloquean las rampas de acceso a oficinas de la administración o comercios. Yo no quiero una plaza regalada, la necesito para poder aparcar y moverme libremente y sin barreras arquitectónicas con mi silla de ruedas. Reservar una habitación de hotel nos cuesta más al tener que ocupar y pagar siempre una habitación doble más espaciosa.
Nuestro acceso al ocio siempre es más complicado, ir al cine es difícil por no decir imposible, nos relegan a la primera fila donde la visibilidad es escasa, por no decir nula. La mayoría de salas no apuesta por ser accesible para todas y no sólo hablo de personas con movilidad reducida. ¿Qué pasa con las personas con déficit auditivo, por ejemplo?
Cosas así ocurren en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana: baños sin adaptar en los bares y restaurantes, tiendas de ropa sin espacio suficiente en los probadores… Estamos muy condicionados, con mil impedimentos que no nos dejan ser ciudadanos de pleno derecho. El Gobierno y todas las administraciones no nos ha tenido en cuenta, no preguntan por las necesidades de este colectivo. Nos han dejado de lado. Se ha perdido un tiempo precioso para adaptar estos espacios a nuestras necesidades mientras todo cambia y se adapta a la nueva normalidad que exigen las restricciones sanitarias. Seguimos siendo un colectivo olvidado.
Por todo ello quiero utilizar esta plataforma para sensibilizar a la sociedad de mi situación y la de muchos otros ciudadanos con movilidad reducida. Fomentar la educación y la empatía no es suficiente si las administraciones no ponen de su parte y hacen cumplir la Ley Universal de Accesibilidad, una normativa estatal de 2014 que defiende nuestra igualdad de oportunidades y obliga a que todos los espacios de nuestro entorno sean accesibles. Como andaluza, me gustaría apelar para que nuestros representantes políticos en el Parlamento de Andalucía se comprometieran a hacer cumplir esta ley que debería garantizar nuestro acceso a los servicios públicos y a la vida cotidiana en igualdad de condiciones. Como ciudadana, os pido ayuda para difundir y apoyar esta pregunta. Que no caiga en saco roto.