Los partidos y los medios nos colocan preguntas con trampa, del tipo ¿ser español o ser vasco?  Si nos preciamos de vivir en una sociedad libre, donde todos podemos configurar libremente nuestra personalidad, lo que incluye el sentimiento nacional, debemos dar por sentado que cada cual siente lo que quiera, que eso es privado y respetable y que la política (que es procurar el bien común) debe apoyarse sobre otras cosas fundamentales: defender nuestros derechos y libertades individuales del Poder, impedir que nos roben la libertad, el trabajo, la esperanza y el futuro. En eso: en querer vivir felices y un futuro mejor para nuestros hijos, coincidimos todos. Pues ese y no otro es el objetivo de la sociedad, y por tanto de sus instrumentos, el estado y las leyes. Se trata de hacer una nación de personas libres, de ciudadanos. Y lo mismo que no todos los españoles son aficionados del barsa ni del madrid, no todos los españoles se sienten vascos ni todos los vascos, españoles.

  Lo que es seguro es que mientras vivamos no vamos a dejar de convivir con vascos, riojanos, aragoneses.. que todos somos necesarios en sociedad.   Decimos que "somos navarros", y nos sentimos profundamente navarros, pero tomamos un pintxo en Donosti, nos casamos con una chica de Córdoba, vivimos un tiempo en en Elgóibar,  estudiamos en Zaragoza y veraneamos en Tarragona, aunque nuestra hija estudie en Madrid... 

¿Hasta cuando vamos a hacer un problema de nuestras señas de identidad? ¿Por qué nos cuesta tanto entender que compartimos muchas cosas, y que somos muchas cosas al mismo tiempo? ¿Por qué hacemos de un sentimiento de identidad el requisito sin el cual no cabe acuerdo alguno? ¿Cambiará en algo que mañana tengamos que atravesar fronteras de países para hacer lo mismo que hoy sin ellas?