Soy Duberney Castillo, director del Centro Educativo Brisas del Guayuriba, una institución con 15 escuelas rurales en Acacías Meta, y 252 niños qué ha diario enfrentan todo tipo de problemas para poder estudiar.

Quizá muchos de ustedes conozcan la historia de cómo unos niños cruzaban un cañón con una cuerda a más de 70 kilómetros por hora solo para ir al colegio, eso ocurría en Los Pinos, una de nuestras sedes. Pero lo que probablemente no conozcan es qué hay otras 14 sedes igualmente inexequibles y qué, lastimosamente, en el país muchas de las escuelas rurales presentan estos problemas. 

Actualmente, solo funcionamos con 11 de nuestras 15 sedes, ya que en las otras 4 hay muy pocos estudiantes como para poder abrir y en todas ellas tenemos dificultades en la infraestructura, la conectividad, el equipamiento y la accesibilidad. 

Al ser instituciones en lugares fuertemente impactados por la violencia, hemos sido abandonados por el Estado desde hace años. Sin embargo, hoy vemos con esperanza como poco a poco las familias qué huían de las balas vuelven a sus casas y nos enfrentamos al reto de recibir en nuestras aulas viejas y dañadas a esta nueva generación que quiere aprender, es el caso de la sede de San Cristóbal, que duro 20 años cerrada y el pasado abril reabrió sus puertas.

San Cristóbal es una escuela muy apartada, el trayecto es de 3 horas y media desde Acacias, con un trayecto en carro y otro a pie, a la que asisten 15 niños con edades entre los 5 y 13 años. Todos asisten a un mismo curso, con un mismo docente qué les explica lo qué sería el preescolar y la básica primaría. 

Es impactante ver como algunos de estos niños cruzan cañones y ríos -muchas veces a caballo y caminando, para venir a una escuela donde ni siquiera hay luz, pero llegan siempre con una sonrisa. 

Por eso es difícil pensar que una vez completan su básica primaría, se ven forzados a desplazarse a otras partes del país en busca de otros colegios capaces de atender sus necesidades o simplemente tendrán que abandonar sus estudios. 

Quiero, por medio de esta petición, llamar la atención del gobierno sobre la calidad de la educación de nuestros niños en las zonas rurales y más golpeadas por el conflicto. Porque sin importar qué tan buenos seamos los profesionales en aquellas instituciones, es inaudito pensar qué hay niños qué con 9 años nunca han visto un computador o qué sus colegios no tienen energía. 

Queremos qué estas instituciones apartadas cuenten con el Congreso para crear planes y políticas que nos permitan tener una infraestructura apropiada e insumos básicos para la educación en el mundo moderno, como tecnología. 

Por eso te pido qué me ayudes a firmar y compartir esta petición para lograr 350 apoyos o más en osoigo.com y qué el Congreso Nacional ayude al Centro Educativo Brisas del Guayuriba y todas las instituciones rurales en zonas de conflicto a poder educar a las próximas generaciones. ¡Los niños merecen lo mejor de nosotros!

Aldeas Infantiles SOS patrocina esta petición. En nuestra organización buscamos fortalecer las capacidades de las familias para la protección, cuidado y crianza de las niñas y los niños y apoyar a los jóvenes que han perdido el cuidado de sus familias y ahora están en proceso de independización para que logren sus metas.