Hola, 

Mi nombre es Elena, soy cartagenera aunque vivo en Zaragoza. A punto de cumplir 49 años, acabo de superar un cáncer de mama triple negativo. El optimismo y una muy buena actitud me han acompañado a lo largo de este año tan complejo, y puedo asegurar que lo he llevado bien, para lo convulso de un trance así y la situación límite emocional a la que cualquier diagnóstico oncológico te expone. 

Me siento tremendamente afortunada por la rapidez y eficacia con la que se desarrolló todo. Palpándome, me encontré el bulto en enero de 2020, y me emplazaron al ginecólogo, a una mamografía y una posterior biopsia sin mayor demora. Así, una semana antes del estallido de la pandemia, estaba recibiendo mi primera sesión de quimioterapia. Es cierto que ha sido duro, por la soledad, la ausencia de acompañamiento y el miedo que sembró el virus en pacientes vulnerables como yo. Pero agradezco que se hayan cumplido todos los plazos y que el proceso se haya desarrollado sin contratiempos. Gracias a ello, esta misma semana terminé el tratamiento. El martes me despedí de la quimio en pastillas y de las consultas por un tiempo. 

Si hay algo que he echado en falta, han sido principalmente dos cosas. En primer lugar, un poco más de humanidad a nivel sanitario. La falta de empatía, el acompañamiento de algunos profesionales, la cercanía y el cariño...son aspectos que hubiera agradecido, sinceramente. Por eso, a vosotros, pacientes, que os encontráis en una situación similar, os mando ánimos y mucha fuerza.

Y, en segundo lugar, echo en falta el compromiso de las instituciones. No me ha temblado ni un segundo la mano al prestar ayuda, apoyo y colaboración por cualquier causa que mejorase la calidad de vida de los pacientes oncológicos o la investigación de esta terrible enfermedad. Y sí, a mí un diagnóstico a tiempo y un seguimiento médico adecuado me han permitido vencer la enfermedad. Pero… ¿qué más debemos hacer los pacientes? Personalmente, junto a otros compañeros, colaboro en un reto y pongo todo lo que está en mi mano para luchar en favor de la investigación contra el cáncer, por conseguir mayor financiación y porque la cura de esta enfermedad esté cada día más cerca. ¿Acaso esta labor no le corresponde a las instituciones? ¿Cuándo se va a aumentar la partida presupuestaria dedicada a ciencia e investigación? 

El altruismo y la colaboración ciudadana nacen de la solidaridad de muchas personas que, como yo, queremos acabar con tanto sufrimiento. Y llevamos a cabo ciertas labores encantados y con la satisfacción que ello produce, pero desde aquí quiero dirigirme a mis representantes en el Congreso de los Diputados, para plantearles la siguiente cuestión: ¿Cuándo se encargará el Gobierno de destinar más recursos a la investigación contra el cáncer?