Pasé un infierno en el instituto por culpa de mis compañeros. ¿Qué medidas se están tomando contra el bullying y el ciberacoso?
Mi nombre es Elena, tengo 21 años y considero que mis compañeros me hicieron pasar un infierno durante mi época en el instituto. En el colegio siempre tuve un grupo de amigas en las que apoyarme, pero cuando pasé al instituto todo cambió. Desde el primer día tuve que aguantar comentarios y burlas que me hacían mucho daño. El acoso, pronto pasó del terreno físico a las pantallas de los móviles ¿Qué medidas se están tomando contra el bullying y el ciberacoso?
Se metían conmigo por cualquier cosa. Un día fue por tener pelos en las axilas, me miraban y ponían caras de asco. Otro día comentaban “lo mal que cantaba” en clase de música. Una de las peores etapas fue durante el tiempo que estuvieron los estudiantes holandeses de intercambio en España. Normalmente hacíamos planes todos juntos para que tanto holandeses como españoles pudiéramos conocernos e intercambiar opiniones. Pero para mi sorpresa un día, cuando pregunté qué íbamos a hacer, me respondieron por el grupo de WhatsApp: “tú y tu holandesa a tu casa”, acompañado por las risas del resto de compañeros. Acabé haciendo planes sola con la chica que venía de intercambio a mi casa, pero fue un momento horrible.
Así pasé los primeros cuatro años en el instituto. Además, me sentía enormemente desplazada del que había sido mi grupo de amigas de toda la vida. No me sentía integrada, muchas veces quedaban sin avisarme. A pesar de esto, no lograba salir de esa relación tóxica, me había acostumbrado a estar con ellas y sentía que realmente las quería mucho.
En primero de bachiller conseguí dar el paso de alejarme de ellas, aunque eso implicó quedarme sola. Tan solo una de ellas se interesó en preguntarme por qué me había alejado. Todo iba mal, iba al instituto sin ganas y me pasaba los recreos en el baño encerrada o en la calle caminando sin rumbo.
Recuerdo que en aquella época me sentí muy sola. Cuando había que hacer trabajos en grupo nadie quería ponerse conmigo así que un día la profesora obligó a un chico a ser mi pareja. Me acuerdo de como se acercó a mí, como si le estuviesen llevando a torturarle. Me sentí tan mal que al salir de la clase fui directa al baño a llorar. Al día siguiente fingí estar mala para no ir a clase.
Finalmente, la profesora me dejó hacerlo sola, pero no se interesó por mí a pesar de que había quedado claro que la clase entera me desplazaba y yo me sentía mal. Nadie hizo nada para solventar la situación o hacerme sentir mejor.
Pronto, el acoso traspasó los pasillos del centro y se adentró en las pantallas. En segundo de bachillerato decidí descargarme una aplicación que estaba de moda para que me hiciesen preguntas anónimas y responderlas a través de mis redes sociales. Recibí muchos comentarios metiéndose conmigo sobre cómo vestía, cómo bailaba, las notas que sacaba… Me desinstalé la aplicación y entonces decidieron hacerme llamadas anónimas en las que continuaban riéndose de mí y dejándome claro que “no iba a llegar a ser nada en la vida”.
En clase veía cómo esa gente se reía de mí en mi cara y los profesores lo veían y nunca hicieron nada. Me hicieron pasar seis años horribles. Lo que más me dolió fue la exclusión que sufrí. Por eso quiero lanzar esta petición para intentar que nadie vuelva a pasar por lo mismo que pasé yo. Necesitamos medidas contra el acoso escolar y el ciberbullying.