Me llamo Elisabeth y he sobrevivido a un cáncer de mama.

Cuando tenía 42 años me noté un bulto en un pecho. Como en la Seguridad Social no hacen mamografías a mujeres de mi edad, tuve que ir al médico a través de la mutua. Tras realizarme una exploración me aseguraron que no se trataba de nada grave, pero volví cinco meses más tarde al ver que el bulto no desaparecía. Esta vez me dijeron que no tenía buen aspecto y me realizaron una biopsia y una resonancia. Al ver los resultados de las pruebas me dijeron que, aunque había que ponerle “apellido” al tumor, era un carcinoma infiltrante in situ; y cuando analizaron la muestra, me confirmaron que se trataba de un HER2 positivo.

A continuación me fui a la Seguridad Social, donde me realizaron de nuevo varias pruebas, y me asignaron una oncóloga y una ginecóloga que me explicaron el protocolo a seguir. En primer lugar me hicieron una tumorectomía y me extirparon el ganglio centinela y dos más. Pasado un mes empecé a recibir el tratamiento de quimioterapia, el cual se dividió en 16 ciclos, y de inmunoterapia, con el que todavía sigo. También me sometí a 33 sesiones de radioterapia y ahora estoy siguiendo el tratamiento hormonal de los cinco años.

Aunque me he sentido muy bien atendida en el hospital en el que me trataron, esta enfermedad ha hecho que no vuelva a ser la misma, ya que conservo múltiples secuelas tanto a nivel físico como psicológico.

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlament de Catalunya que destine más recursos a la investigación contra el cáncer, de cara a conseguir tratamientos menos agresivos, así como a las ayudas económicas a los pacientes oncológicos.