Gracias por tu pregunta acertada Luisa:

Como siempre, la irrupción del terrorismo y su violencia arrolladora obligan a una sociedad a interrogarse sobre sí misma. 

Después de los atentados de Bruselas, Oslo, Londres, Madrid, París; mil interrogantes han surgido de repente. En torno a la cohesión nacional. ¿Qué ocurrió para que jóvenes nacidos en esos países y educados en las escuelas públicas, hayan sido seducidos por ideas oscurantistas y medievales, y se hayan tornado en verdugos de sus propios conciudadanos? ¿En qué medida la crisis económica y las medidas de restricción del gasto público han acentuado la marginalización de las periferias urbanas y la segregación de sus habitantes, esencialmente inmigrantes, de donde surgieron los  terroristas? 

Estamos ante un problema difícil y a largo plazo. Pienso personalmente que el fenómeno del terrorismo de ISIS es una reacción  agónica de defensa frente a la marcha ineluctable de la modernidad. Muy violenta a veces porque sabe que tiene los días contados. 

Los adelantos de la ciencia y de la técnica van a seguir provocando mutaciones que también afectarán a las religiones, incluido el Islam. Ni siquiera unos atentados, por criminales y abyectos que sean, podrán detener duraderamente esa evolución. Las mentalidades cambian, no cabe duda. Pero cambian más lentamente de lo que se cree. Y el ritmo del cambio no se decreta.

Dicho esto y hasta que ese dia llegue, en España el Gobierno actual de Mariano Rajoy  ha adoptado medidas para evitar que el terrorismo impacte en la sociedad, siendo conscientes de que es difícil, porque el riego cero no existe en esta cuestión . 

La respuesta española al yihadismo, ha sido un pacto firmado por el PP y el PSOE , al que se han adherido todas las fuerzas políticas menos Podemos.

La lucha en el ámbito policial ha mejorado mucho. En España viven entre 1,2 y 1,5 millones de musulmanes, que no son ajenos a la nueva oleada yihadista, como se ha visto recientemente en Ceuta y Melilla, antes también en Cataluña y en 2004 en Madrid con los atentados del 11-M.

Pero aparte del citado pacto, se han adoptado medidas como el Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización de la Violencia, aprobado en el Consejo de ministros.

El Plan distingue tres ámbitos de actuación: el interno (España), el externo y el ciberespacio, que establecen dónde deben desarrollarse las acciones del Estado. Tiene tres áreas de actuación: prevenir, vigilar y actuar; y su objetivo es involucrar a grupos locales a través de la policía local y autonómica, ayuntamiento, juzgados, centros escolares, asuntos sociales, entidades sociales y colectivos de riesgo. 

También abordará dos  aspectos que  los expertos consideran fundamentales: el intercambio de información entre la administración local y central y la prevención de la radicalización en los centros penitenciarios.

Hay que seguir avanzando en esta dirección. La postura del Gobierno de Mariano Rajoy  ha basculado hasta ahora, entre la prudencia y los compromisos a los que está obligado a cumplir en apoyo de un país aliado. La lucha contra una estructura criminal como el ISIS, pasa por reforzar la defensa colectiva de la UE, cuya política en esta materia está supeditada a la OTAN y la legalidad internacional. 

La resolución aprobada por Naciones Unidas, que llamaba a combatir al ISIS, eludía invocar el artículo que autoriza el uso de la fuerza. A falta de un mandato claro de la ONU, España debe comportarse como un aliado responsable dentro del marco de actuaciones que suscriban los Veintiocho. Pero siempre teniendo en cuenta que la unidad internacional es uno de los pilares fundamentales para erradicar el terror del ISIS.

Un saludo.