Vivo en Uviéu desde hace unos años y por ello sigo con interés la oportunidad de un cambio en esta ciudad, marcada por el Gabinismo y sus replicantes. La construcción de un proyecto a nivel municipal -que es algo más que una candidatura- no es sencillo, pero si no se intenta no se puede aprender. 
Podemos no se presenta a las municipales pero se comprometió a impulsar su lanzamiento. A partir de ahí, la candidaturas de unidad popular están en manos del conjunto de la ciudadanía. No es Podemos quien decide quien va o deja de ir en una lista. Eso lo decide la ciudadanía a través de primarias abiertas, en las que -según el sistema adoptado por Somos Uviéu- cabe presentarse por equipos y en las que los candidatos y candidatas pueden decidir ir en un puesto inferior al que les correspondería en función exclusiva del número de votos (como así decidió Ángeles Caso, por ejemplo). 
La transparencia es una de las claves de la propuesta lanzada por Podemos, en sus cuentas y en sus decisiones. Eso no significa que no se puedan cometer errores -especialmente de comunicación- y que no tengamos que seguir aprendiendo.
La alta participación en la recogida de avales para apoyar la candidatura de Ana Taboada (más de 5000 firmas fueron recogidas) muestra la necesidad y el interés que suscita una posibilidad de cambio, a pesar de todas las dificultades. Seguro que queda mucho camino por recorrer, pero lo que nos defraudaría a todas las personas que vivimos en Uviéu sería tener otros cuatro años de inmovilismo institucional, despilfarro y privatización de servicios básicos.