Pregunta para Cortes de Castilla-La Mancha
La educación afectivo-sexual no se explica en una charla de dos horas. ¿Por qué los centros escolares no cuentan con un plan educativo continuo?
Me llamo Emma Pereira, vivo en Albacete y soy psicóloga sanitaria, sexóloga y terapeuta de pareja. Además, doy charlas en centros educativos sobre educación afectivo-sexual.
A lo largo de mi trayectoria profesional, he sido capaz de ver las carencias que existen respecto a este tema. Por ello, veo la necesidad de reivindicar este tipo de educación en los centros ya que, con el tiempo, se ha ido dejando de lado.
Sin ir más lejos, la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual ha ido creciendo de forma alarmante. Pero esto no lo es todo, cada vez nos encontramos con más adolescentes con ideas contrarias a derechos que se creían ya conseguidos, y que perpetúan el odio contra determinados colectivos en el aula. La educación afectivo-sexual no es solo explicar cómo se pone un preservativo, también es educación en igualdad, diversidad y respeto, es una herramienta que para prevenir conductas de violencia de género, abuso sexual infantil o acoso escolar por LGTBI-fobia o Trans-fobia, y enseñarle a los más jóvenes que la realidad es muy distinta a lo que se ve en las películas y en internet, y que por ello es mejor aún.
Ofrecer tres charlas en la ESO no es suficiente, hay que ir más allá, nuestros jóvenes deben tomar conciencia de la situación. Por ello, sería interesante disponer de un plan educativo que abordase este asunto. Sin embargo, esto no se puede hacer si no contamos con los profesionales indicados. Los centros educativos deben contar con un equipo especializado de forma continua, es decir, que estén presentes durante todo el curso escolar.
Del mismo modo, sería interesante que este tipo de información se extrapolase al resto de asignaturas. De nada sirve que nosotras expliquemos los diferentes términos en cuanto a expresión, libertad o vivencia de la sexualidad, si luego otros docentes con poco conocimiento en el tema explican, o peor aún, imponen, ideas contrarias. Y lo mismo ocurre para los protocolos en casos de alumnos trans, intersexuales o víctimas de bullying
Por último, es necesario hacer partícipes a los padres y madres de todo este aprendizaje. Cuando he ofrecido charlas a través del AMPA o a otros grupos de padres, te das cuenta de que en sus círculos tampoco saben o conocen, no saben ofrecer respuestas correctas o escuchan ideas negativas sobre la sexualidad y la vivencia de ésta, y claro, cuando ves estas cosas, te explicas muchas otras que ves en las clases. Los/as niños/as aprenden de su circulo cercano, y si este no posee la información correcta, por mucho que hagamos el resto, nuestro trabajo será en vano, porque al final acaban informándose en información falsa en internet, se creen todo lo que las redes sociales dicen o recurren al porno para aprender.
Ante esto, como profesional y ciudadana, me dirijo a los/as miembros/as de las Cortes de Castilla-La Mancha, para que tengan en cuenta esta consideración y tomen las medidas necesarias.