Hola, pertenezco al proyecto Escenaris Especials en el cual desde el 2006 a través de Clàudia Cedó, se impulsó una iniciativa en la que el teatro ayuda a dar un soporte emocional, a manejar mejor las emociones, etc. Cedó es dramaturga y directora teatral profesional, al inicio compaginaba su trabajo de teatro con el de psicóloga. Empezó en un centro en donde hay personas que están en procesos de desintoxicación. Se les quita malos hábitos, se les proporcionan actividades que les permita integrarse de nuevo en la sociedad. Ella vio que a través del teatro se podía conseguir una mejor acción de forma individual a las personas a las que hacía terapia.

Además de los grupos de personas en procesos de desintoxicación, también trabajaba con personas de espectro autista en los inicios del proyecto. Haciendo las terapias, vio que el teatro les ayudaba a trabajar aspectos de autoestima, memoria, las habilidades sociales, rutinas, la escucha, la espera. A través del teatro se actuaba más a fondo que en otro tipo de terapias. Además, vio que el prisma, el imaginario que sacaban en las pequeñas improvisaciones eran muy valiosas e ingeniosas. Para seguir sumando en este proyecto fomentó la participación del Ayuntamiento de Banyoles (Área de Cultura). Propuso que ambos grupos entraran en la escuela de teatro municipal (Aula de Teatre) generando una doble cooperación e integración de ambos colectivos. Al final se atrevió a crear un pequeño taller para las familias y amigos del proyecto para crear dos muestras en el 2006.

En el 2012 pasaron de ser dos grupos a ser 6. Las fundaciones de los alrededores se enteraron, y acabaron creando algo mayor. En el 2014 gracias a una ayuda de la Obra Social La Caixa pudieron profesionalizar todo este proceso formativo e incluir a 5 docentes teatrales en plantillas y dos personas más para la coordinación del proyecto. Y es que al final el teatro va bien para cualquier persona. Es como el fisioterapeuta de las emociones. Sobre todo, para ejercitarlas y para poder estar en comunidad. Y otro objetivo a nivel más cultural, a medida que hacíamos los talleres, lo importante eran las voces y las historias que ellos creaban. 

Cada año hacemos un proyecto colectivo, desde el equipo, planteamos un paraguas genérico, pero luego cada grupo, que ahora son 8, crear su propia historia. Y esto depende del carácter de cada grupo, de cada persona y de su imaginario. Al principio hacemos diferentes acciones. Y luego a partir de enero sí que se crea el guion y se hace la toma de decisiones conjuntamente con el equipo artístico. Lo que solemos hacer en las clases es grabar en audio las improvisaciones y luego el docente teatral empieza a montar la historia. Nosotras creemos que es importante recorrer estas voces, estos imaginarios, estas personas porque creemos que es lo que brilla en el escenario. 

Este año, los grupos, cada uno, han hecho su reinterpretación de un clásico, por ejemplo, un romeo y julieta. Hicimos que reflexionaran sobre la historia y que luego se plasme en su imaginario. Intentando así que por fin el foco se ponga en ellos y en las historias que quieren mostrar. Vemos esas maneras de pensar y lo cierto es que, si nos tomáramos un poquito de tiempo en escucharlos, se vería el talento que tienen. Perdemos mucho potencial, por no querer escuchar, el miedo a lo diferente, a no entender. Miedo a romper alguna barrera. Cuando ellos tienen tanto por darnos y por mostrarnos.

Los colectivos con los que trabajamos son colectivos en proceso de desafiliación de tóxicos, personas de espectro autista, personas con discapacidad intelectual, funcional, con dificultades motoras, colectivo de mujeres, y dos grupos de trastornos de salud mental. Y ahora tenemos 100 y pocos alumnos. Y al final de estos cursos hacemos una muestra con público gracias a nuestro equipo artístico profesional: técnico de luces, de sonido, de vestuario, escenografita, fotógrafa, etc. Es importante dar esas oportunidades tanto desde del ámbito de creador, como de actor. Que se escuchen esas voces y estas maneras diferentes de pensar y hablar. Y que se dignifiquen su representación.

Me gustaría preguntarles a las instituciones, en concreto al Parlamento de Cataluña, ¿Cómo van a sentirse incluidos en la sociedad las personas autistas, con diversidad funcional, con discapacidad intelectual, etc. si no les damos acceso y formación en todas las ramas artísticas para que puedan ser los futuros referentes? La cultura debe ser accesible a cualquier realidad de las personas: lenguaje de signos, subtítulos, personas que puedan ir un poco antes para habituarse y poder luego disfrutar, etc. Se está empezando a hacer, pero aún queda, falta dar más facilidad. Aun así, cuesta que crean en el proyecto. Si no hay recursos cuesta mucho dignificar este trabajo. Si una persona con síndrome de Down o una persona ciega y con autismo no ve a referentes como ellos en el escenario, no creerá que pueda llegar.

Y acaba siendo el pez que se muerde la cola. Si no se pueden formar ni les dejan acceder, es complicado que puedan cogerlos como actores o actrices o darles las oportunidades necesarias para ser los futuros referentes. ¿Cómo van a tener tablas si no le das oportunidades? Nosotros llevamos mucho peleando para poder darles esa accesibilidad. Necesitarán este tipo de personas un poco más de tiempo y otro ritmo, pero ¿por qué no le vamos a dar la oportunidad? Por eso tu firma es fundamental para que por fin las instituciones tomen cartas en el asunto.