Me llamo Estefanía y tengo trastorno límite de la personalidad, una enfermedad mental reconocida. Llevo cuatro años en una odisea burocrática para que me traten este problema de salud mental y ya tengo reconocido el 43% de discapacidad. 

Acceder a los centros base de la sanidad pública madrileña para tener todos los informes y documentación necesaria es un camino plagado de trabas burocráticas. Sé que la sanidad pública está haciendo todo lo posible por nosotros en este momento tan delicado pero la lista de espera y la falta de atención hacen urgente que haya mayor accesibilidad para los que necesitamos atención. 

Muchos no podemos permitirnos acudir a centros privados para conseguir un diagnóstico y por consiguiente las pruebas necesarias. Una evaluación clínica de salud mental puede costar hasta 1.000 euros.

Además, estoy regularizando mi situación con el permiso de residencia y estos trámites también están colapsado por lo que todo el proceso se ralentiza aún más.

No quiero que me regalen nada pero es urgente que existan menos trabas burocráticas. La salud mental también debería ser una prioridad de la sanidad pública de todos los ciudadanos y ciudadanas. Mi caso es uno de muchos y sólo uniendo fuerzas podremos ser escuchados, ayúdanos a conseguir respuestas y cambiar las cosas firmando y difundiendo esta petición.