Luchamos por la sanidad pública que nos merecemos
Hola Sara, gracias por explicar tu historia y contar en primera persona lo que es vivir un cáncer de mama. Como bien dices, no es de color de rosa y solo quien lo sufre puede saber cómo de dura es la enfermedad. Desde aquí, te mando todo mi apoyo y fuerzas para superarlo.
Durante estos meses, han sido muchos los casos de personas cuyas enfermedades, no relacionadas con el COVID, han quedado en segundo plano y no se las está diagnosticando o tratando a tiempo.
Por desgracia, la pandemia del COVID ha demostrado lo frágil que es nuestro sistema de bienestar, particularmente la sanidad. Los años de recortes en la sanidad pública han evidenciado la precariedad del sistema, infradotado de recursos, personas y medios. No debemos olvidar que Catalunya es una de las comunidades autónomas que más recortó en servicios sociales y públicos, y que la reversión ha sido tímida.
Además, no debemos olvidar que la sanidad no solo es “curar” una enfermedad: hay que trabajar por el acompañamiento durante el proceso de curación. La salud mental ha quedado olvidada dentro de nuestro sistema sanitario, y hay que ponerla en valor. Los grupos de acompañamiento, la atención psicológica u otras medidas son imprescindibles para el bienestar del paciente, y defendemos que hay que fomentarlas.
Los socialistas creemos en reforzar la prevención y la detección, así como otros programas de vigilancia de la salud. Así lo demostramos durante nuestra etapa de gobierno en la Generalitat y así lo llevamos en nuestro programa. Para poderlo llevar a cabo, proponemos invertir el 7% del PIB de Catalunya en sanidad, sobre el 5’5% en el que está ahora.
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Hola,
Me llamo Sara, tengo 37 años y soy de Barcelona. Desde hace unos meses estoy luchando contra un cáncer de mama. Si a principios de agosto no me hubiese percatado del bulto que tenía en el pecho, quizá a día de hoy todavía no me habrían diagnosticado cáncer de mama. La pandemia ha obligado a dejar de lado el diagnóstico de enfermedades graves que deberían atajarse con urgencia. ¿Por qué?
El 5 agosto me noté un bulto en el pecho y me fui directamente a Urgencias. Allí, me hicieron una ecografía y una mamografía en la que, según me indicaron, todo estaba bien. Se trataba de un bulto de grasa, apuntaron. Por “suerte”, mi madre no se quedó tranquila y, como mi prima es ginecóloga, al regreso de sus vacaciones decidí consultarlo con ella. Al ver los resultados de las últimas pruebas, no tardó en decirme que “no era un bulto de grasa”. Fui de nuevo al hospital y me hicieron, ya sí, una biopsia. El 30 de septiembre me lo confirmaron: tenía un tumor. Dos semanas después empecé la quimio.
Y así hasta hoy. Estoy en tratamiento de quimioterapia hasta principios de marzo. Después me operarán y posteriormente comenzaré con el tratamiento de radioterapia.
Llegados a este punto de la historia solo puedo decir que NO. El cáncer no es de color rosa. El cáncer es una mierda. Solo el que vive esto sabe lo que es. No es como lo pintan la mayoría de anuncios y campañas de concienciación. El proceso es duro, sobre todo a nivel emocional. Soy una montaña rusa, mi carácter cambia radicalmente de un momento a otro. Yo siempre he sido una persona alegre y, ahora, me enfado continuamente.
Y aunque en mi opinión la quimioterapia es la parte más dura del tratamiento, cada etapa es compleja. Soy mamá de dos niños pequeños y, personalmente, debo decir que explicarle a un niño de 6 años que iba a perder el pelo no fue tarea fácil. Las etapas van pasando y cada una supone una batalla personal y emocional.
A pesar de todo parece que todavía debo agradecer haber tenido un diagnóstico a tiempo. La pandemia y la COVID-19 han paralizado la sanidad a distintas escalas. Hay muchos casos de gente con cáncer que no se están diagnosticando porque no se les atiende. Por ello desde aquí me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya para reclamar que no se deje de lado la atención y asistencia de cualquier síntoma que pueda derivar en una enfermedad grave.
Asimismo, durante este periodo enfrentándome a esta dura enfermedad, he podido conocer la realidad de otras muchas mujeres que, siendo jóvenes y sin superar los 25 años de edad, padecen cáncer de mamá u otros tipos de cáncer. Políticos de Parlament, mi pregunta es: ¿Cuándo se van a reforzar las campañas de diagnóstico precoz del cáncer? ¿Y cuándo se va a ampliar el rango de edad de los pacientes que deben entrar en dichas campañas?
Apoya y comparte para que mi propuesta llegue a los políticos.