Sufrí acoso escolar durante cuatro años, pero al principio no era consciente de ello. ¿Qué se está haciendo para detectar el bullying a tiempo y así frenarlo cuanto antes?

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Me llamo Eva, soy de Galicia y tengo un canal de YouTube donde hablo de manga y anime, libros y películas. Hace un par de años decidí abrirme a través de mi canal y compartir mi experiencia con el acoso escolar que sufrí durante toda la ESO.

Durante 13 años fuimos prácticamente los mismos compañeros, y la verdad nunca habíamos tenido conflictos relevantes. Cuando empezó la Secundaria, hubo cambios y entraron personas nuevas, entre ellas una que decidió disgregar la clase y empezar a crear problemas y meterse con gente, incluyéndome a mí.

Todo empezó con bromas, comentarios… pero la verdad es que lo obviaba todo. Justamente siempre me había caracterizado por ser una persona muy callada, me daba igual todo y, si me decían algo, no reaccionaba: no respondía, no atacaba, no decía nada a los profesores… Fue por eso que me vieron como un cebo.

Al principio, los comentarios eran sobre mi físico, pero con el tiempo fueron agravándose, diciéndome que no servía para nada, que nadie me iba a querer, que no tenía amigos… Además, pasó de decírmelo una persona a decírmelo dos, luego tres, hasta llegar a ser un grupo entero el que se metía conmigo a diario.

El acoso que sufrí nunca llegó a ser físico, solo verbal y psicológico. Recuerdo que mis padres sabían una parte de toda la historia, ya que al principio se lo conté y me decían que pasara, que lo que me decían eran tonterías. Aunque con el tiempo fue escalando, seguí pensando que no debía darle importancia y por eso no les dije nada más.

Al final, los comentarios cesaron, pasaron a ser una vez a la semana, o entre ellos cuchicheando. Durante todos aquellos años, intentaba obviar todo lo que me decían, pero la verdad es que mi cerebro los iba guardando. Fue entonces cuando llegómi peor enemigo, peor que todos mis acosadores: mi propio cerebro.

Sin darme cuenta, durante todos aquellos años me había ido creyendo todo lo que me decían. Por desgracia, cuando me di cuenta de ello, ya no había vuelta atrás. Llegué a tener la autoestima muy baja, con muchas inseguridades, muchos complejos, hasta el punto de mirarme al espejo y ponerme a llorar.

A día de hoy, por suerte, he ido superando diferentes complejos, pero sigo teniendo muchos por gestionar. Por ejemplo, me cuesta mucho sonreír, de hecho, me incomoda cuando alguien me diga que lo haga.

Al principio no me di cuenta de que estaban haciéndome bullying, y lo que me sabe mal es que tampoco hubiera ningún adulto que lo detectara y que interviniera. Por eso quisiera pedir a las instituciones que se tomen medidas más efectivas para detectar el acoso escolar a tiempo, cuando es más sutil y más difícil de verlo, para así frenarlo antes de que sea más grave.

Cada víctima de acoso escolar tiene una experiencia diferente, y más ahora que también existe el ciberacoso. En mi caso, alguna vez hubo algún comentario sobre mí en las redes, pero no llegó a ser ciberacoso en sí. Sea como sea, quiero trasladar todo mi apoyo a todas las personas que estén pasando por una situación parecida y animarle a que intente encontrar una persona de confianza (no necesariamente los padres ni los profesores) para desahogarse, para buscar ayuda.

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