Soy Jorge Zhou y pertenezco a Extinction Rebellion España, un movimiento global de desobediencia civil que, a través de la acción directa no violenta, exige a los gobiernos y empresas cambios sustanciales para actuar contra el cambio climático.

Existe bastante variabilidad en la confianza de los jóvenes hacia la política y las organizaciones sociales. Muchos buscamos la autonomía de la ciudadanía. Queremos poder de elección y de decisión, con el fin de construir una política que no se base únicamente en el parlamentarismo representativo, sino una democracia con todas las letras, en la que el resto de la sociedad tenga la oportunidad de deliberar y llegar a consensos para avanzar de manera decidida hacia la transformación.

De otra parte, es necesario decir que hay otro sector muy desencantado en la población joven, que cree que la política se trata solo de los representantes buscando el poder. Por eso, es importante canalizar dicho descontento para volver a confiar en los procesos de participación política y trabajar en conjunto contra la corrupción.

En Extinction Rebellion nos movilizamos a partir de tres frentes que consideramos urgentes:

1. Crisis climática: el aumento desproporcional de eventos climáticos adversos y con consecuencias cada vez más graves como los desplazamientos forzados, las migraciones, el desabastecimiento alimentario y otras problemáticas, que se notan principalmente en África, el sudeste asiático y América.

2. Crisis ecológica: la pérdida de la biodiversidad no solo afecta a unas pocas especies, sino que, como todos los seres vivos estamos interrelacionados, cuando se pierden algunos de ellos, todos resultamos más vulnerables, por ejemplo, a enfermedades infecciosas como ha sido el caso de la COVID-19.  

3. Crisis en la democracia: que como ya lo he mencionado, se visibiliza en la pérdida de confianza en la política, por lo cual debemos actuar para encontrar una verdadera participación. Participación no como consulta popular sino la posibilidad de realizar cambios profundos a través de herramientas de democracia deliberativa con procesos que incluyan incluso presupuestos para poder llevar a cabo estos proyectos; esto significa hacer que la gente sea partícipe de sus políticas.  

La Asamblea Ciudadana por el Clima fue una herramienta que el Gobierno español propuso y que actualmente se desarrolla, pero que no cumple los requisitos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -OCDE para que tenga capacidad transformadora. Ha tenido lugar un proceso opaco de selección de 100 participantes al azar, encargados de debatir y formular propuestas, pero sin un comité de seguimiento, ni una amplia cobertura mediática para que el tema de la democracia participativa y deliberativa involucre realmente a la sociedad.

Por eso, quiero preguntarle al Congreso ¿Cómo se nos dará poder de decisión y participación efectiva a la diversidad que encuadra el territorio español? Necesitamos asambleas ciudadanas en niveles  autonómico, provincial y local con  mecanismos de vinculación, que tengan en cuenta a la juventud, a las expertas y las zonas rurales y cuya metodología sea planteada desde un enfoque de justicia social.