La última vez que vi a mi hija, Flor Alejandra Castillo Castañeda, de 15 años de edad, fue el pasado 10 de diciembre de 2020 antes de irme a trabajar, en nuestra casa, en Saltillo, estado de Coahuila. Mi esposo y yo salimos rumbo a nuestra jornada laboral como todos los días en horario nocturno, y al volver a casa a la mañana siguiente, Flor Alejandra ya no estaba ahí.

Cuando nos percatamos de la ausencia de mi hija, empecé a buscarla por todos lados, incluso en cada rincón de nuestra casa. Su hermano salió desde muy temprano cuando se dio cuenta de la ausencia de Flor y la buscó en la zona, pero no la encontró. Hacía algunos días que nosotros veíamos a Flor un poco triste y desanimada, hablábamos con ella para saber lo que sucedía, pero nos decía que todo estaba bien y que tenía muchos planes y metas por cumplir. Ella quería estudiar medicina y yo me había puesto a trabajar para poder darle esa oportunidad a mi hija. 

A mi hija la buscamos en un pueblo cercano, en donde vivía el joven que era su novio, pero al llegar tampoco la encontramos ahí. El chico nos dijo que hacía días que no se comunicaba con flor, y nuestra preocupación aumentó. Solicitamos ver las cámaras de la carretera que conecta algunas comunidades, y logramos ver que mi hija sí pasó por esos caminos, pero en un momento dado ya no se le ve. 

Hace meses que recibimos una fotografía que supuestamente muestra a una chica quien sería mi hija, en el estado de San Luis Potosí. Ante estas nuevas pistas se lo comunicamos a la Fiscalía de Coahuila, pero no nos dicen más ni tampoco creemos que estén haciendo totalmente su trabajo. Con nuestros propios medios mi esposo y yo fuimos hasta San Luis Potosí para tratar de buscar a mi hija, en donde al parecer nadie tenía idea del caso. Fuimos nosotros quienes pusimos al día a las autoridades de ese lugar sobre nuestro caso y fuimos nosotros quienes acudieron a los lugares señalados a buscar a mi pequeña.

Hemos interpuesto también una queja en contra de la Fiscalía de Coahuila porque nos han dejado solos en esta búsqueda, porque no nos dan avances de su investigación y porque son ellos quienes nos preguntan si hemos sabido algo sobre nuestra hija. Ante este panorama, yo me siento totalmente desprotegida y empiezo a dudar si fue buena idea tener plena confianza en que las autoridades escucharían nuestro caso. 

Es por eso que he iniciado esta campaña en Osoigo, porque deseo pedirles a nuestros representantes políticos del Senado de la República, que me ayuden a encontrar a mi hija sana y a salvo. Que nos ayuden a investigar y que contribuyan a que demos con ella lo más pronto posible. Por favor, ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si consigo 500  apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de la República, los cuales me tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.

¡Muchas gracias!