Pregunta para Congreso de la República de Colombia

¡La perdurabilidad del árbol nacional está en nuestras manos! Tenemos que salvar la palma de cera: único hogar del loro orejiamarillo en peligro de extinción.

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Felipe Espinosa Pregunta de Felipe Espinosa

La palma de cera es el árbol nacional de Colombia. En el país existen 9 especies de palmas de cera que crecen en departamentos como Tolima, Quindío, Boyacá, Cundinamarca, Boyacá, Huila, Cauca, Valle del Cauca y Santander. 

Las más saludables llegan a crecer hasta 70 metros de altura y a sobrevivir aproximadamente 200 años; sin embargo, el futuro de estas especies endémicas que cumplen una función vital para el equilibrio de los bosques andinos es incierto y, sin acciones contundentes, podrían llegar a extinguirse. Para evitar esto, llevamos 2 años trabajando en el Tolima por la conservación de nuestro árbol nacional.

Mi nombre es Andrés Felipe Espinosa y soy tecnólogo de restauración de ecosistemas forestales y experto en aves. Trabajo con la Corporación Autónoma de Tolima donde llevamos mensajes de conservación de aves a cada una de las localidades del departamento para responder con responsabilidad ante el auge del aviturismo, es decir, avistamiento de aves, y contribuir a la protección de aves en el territorio. Adicionalmente, trabajo junto a la Corporación Vida Andina en #Empálmate: un proyecto de restauración comunitaria de palma de cera en las localidades de Toche y Cajamarca.

Tenemos el mayor bosque de palma de cera en el departamento del Tolima. Cuando se le pregunta a colombianos dónde creen que queda ubicada la reserva natural más grande de palma de cera del país, la mayoría responde que en Salento, Quindío. Sin embargo, la tenemos acá en el departamento del Tolima. Sobre la vertiente oriental de la cordillera Central se encuentra Tochecito: el lugar con mayor densidad de palmas de cera del mundo. Este territorio incluso hizo parte de la ruta que cruzó el famoso botánico, José Celestino Mutis, en su expedición exploratoria en el siglo XVIII. Pero este territorio, un tesoro nacional, ahora está enfrentando graves problemáticas. 

Algunas multinacionales han influido muchísimo en las consecuencias medioambientales que estamos viendo ahora y han generado catástrofes, por ejemplo, acabando con los bosques de niebla en la zona. Están destruyendo nuestro bosque de palma de cera y es esta parte de arriba la que permite que haya filtración de agua y se regenere la parte de abajo. Además, hemos evidenciado que las palmas que están viejas y son mucho más altas morirán en unos años y lo grave es que no hay palmas nuevas creciendo ya que la parte cercana a estas palmas adultas, donde se supone que podrían nacer las nuevas, está ocupada por ganadería y agricultura. Adicionalmente, en la base del bosque que queda desprotegida se están dejando expuestas las palmas en los potreros y un hongo las está afectando. 

Si no conservamos este tipo de ecosistemas acabaremos con nuestra fauna y flora. Por esto es importante vincular a la fauna y flora en nuestra conservación. De la palma de cera dependen muchas aves, entre estas el loro orejiamarillo. Hace unos 30 o 40 años se creía que esta ave estaba extinta; no obstante hace unos años se hizo un censo (en el cual participamos junto a la fundación Proaves quien lidera procesos de conservación de esta especie) y se encontraron más de 2,000 individuos en el departamento. 

Y aunque es sumamente positivo que esta población en peligro de extinción haya crecido, ahora nos enfrentamos a un grave problema: la palma de cera, su único hogar, se está acabando y estos animales se quedarán sin casa

Además del loro orejiamarillo, los osos de anteojos, mamíferos, murciélagos, colibríes y muchos otros animales también se alimentan y protegen gracias a estos bosques. Son ellos los que permiten la protección de fauna y flora. Las palmas protegen las pequeñas plántulas y árboles que se refugian bajo ellos y, además, son hogar de flores como orquídeas y bromelias que son especies claves para el ecosistema. 

En nuestra labor entendemos la importancia de priorizar la fauna y flora en la conservación del árbol nacional y también estamos vinculando a las comunidades del territorio en esta lucha. Estamos haciendo la colección de los nuevos individuos de palma de cera y nos encontramos en proceso de restauración; sin embargo, esta palma no es tan fácil de reproducir y llevarla a su punto de siembra representa otro gran reto. Son 5 años los que deben permanecer en el vivero para alcanzar una estatura mínima de 30 cm y luego ser trasladadas. 

Aunque nos hemos aliado con voluntarios, ONGs y la comunidad, también necesitamos apoyo estatal para cuidar nuestro santuario de palma de cera. Las entidades públicas deben empezar a trabajar en pro de su conservación y de la protección del territorio. Las rutas turísticas se deben reactivar de una manera responsable para que los colombianos conserven y conozcan el territorio. Se debe facilitar el aprendizaje de la comunidad en torno a la restauración de los ecosistemas e incentivar su apropiación de los territorios. Se debe invertir en temas de investigación. Ayúdanos a ser escuchados por los dirigentes del país para que hagan algo ya. Firma esta petición y compártela con tus contactos. Solo necesitamos 350 apoyos. ¡Muchas gracias!

Para conocer la labor de Corporación Vida Andina puedes visitar su página web www.vidaandina.co, su Instagram en @vida.andina y su Facebook @corporacionvidaandina

También puedes seguir mi trabajo y ver mis fotografías en mi Facebook @pipe.espinosa.79 e Instagram @pipeespinosaguevara

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Pregunta dirigida a: Congreso de la República de Colombia