Mi nombre es Fernanda, vivo en Curacaví (Región Metropolitana) y soy madre de Leonor, una pequeña de 3 años con Síndrome de Down, muy alegre y con mucha energía.

Si bien vivimos en una sociedad que va avanzando en términos de inclusión y Leonor ha contado con profesionales excelentes, que la ayudan constantemente en sus terapias de estimulación, lamentablemente vivimos una situación muy compleja cuando ella nació.

“Tu hija es mongólica”, fue lo que me dijo el médico que asistió el parto. Además, la matrona me comentó que “todos los hijos me iban a salir con el mismo problema”, así que “mejor que no tuviera más hijos”.

Estos fueron solo algunos de los comentarios que recibí de parte del personal médico. Esta discriminación y trato insensible, sumado a la nula información que recibí, hicieron que los primeros meses de vida de Leonor fueran emocionalmente muy difíciles para mí.

A medida que iba creciendo mi hija, fui buscando información y conociendo casos de niños con Síndrome de Down que llevaban una vida como cualquier otro niño. Fue así como entendí que Leonor es una niña que nació con un cromosoma extra, lo que significa extra felicidad, amor y esfuerzo para lograr todo lo que se proponga.

Comparto mi historia ya que, como yo, hay muchas madres que han pasado por lo mismo. Es urgente terminar con este tipo de tratos y desinformación tanto en el parto, como en los primeros meses de vida de nuestros niños con Síndrome de Down. 

Es por esto que me dirijo a los diputados de la Cámara ya que son quienes nos representan, para que se comprometan con los niños con Síndrome de Down, sus madres y familias, indicándonos qué medidas implementarán este año que contribuyan a la concientización e inclusión, para que así todos los niños como Leonor reciban un trato justo e igualitario.

Para lograrlo necesito el apoyo de todas y todos ustedes, ya que, si conseguimos 750 apoyos, esta pregunta llegará a los políticos de la Cámara de Diputados de Chile, quienes nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web.