La mejor forma de derrotar al cancer es la prevencio
La mejor forma de luchar conra el cancer es la rápida detección. Reconocido por los pricipales expertos, la rápdia detección de cualquier cáncer es la mejor forma de ganarle la batalla.
Por eso es necesario realizar programas de cribado. Con la pandemia y el caos posterior se ha debilitado notablemente esos programas. Desde Cs hemos insistido mucho en esos programas, algunos de ellos como el de cáncer de colon que se habína perdido con daños irreparables en muchas personas.
En cuanto a la investigación, ovio que es necesario potenciarla y por supuesto mejorar la colaboración público-privado.
Por supuesto la lucha contra el cáncer,también requiere de apoyo sicológico, y también facilitar esa reincorporación al mundo laboral
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Me llamo Cristina y he superado un cáncer de mama.
Cuando tenía 18 años empecé a tener fibromas en los pechos y con 19 me extirparon uno que me molestaba mucho al ponerme el sujetador. Aunque no era maligno, desde entonces empecé a someterme a revisiones anuales por privado, ya que la Seguridad Social no me las hacía.
A los 46 años noté un bulto en uno de mis pechos, diferente a los que había tenido antes. Me realizaron una ecografía y, aunque me dijeron que no veían nada sospechoso, insistí en que me revisasen bien. En ese momento sentí que me trataron de hipocondríaca. También me hicieron una mamografía, tras la que me aseguraron que no había signos de malignidad, pero como no me quedé tranquila acudí a un ginecólogo privado. Al explorarme vieron que tenía necrosis y por debajo un tumor que crecía bastante rápido, por lo que me solicitaron una biopsia. Finalmente me diagnosticaron un cáncer de mama Her2+ ductal infiltrante en estadio 2.
A continuación, para combatir el cáncer, me administraron 16 ciclos de quimioterapia, me operaron y me dieron 16 sesiones de radioterapia. Por último, me sometí a un año de inmunoterapia y al tratamiento hormonal.
Aunque a día de hoy estoy recuperada, conservo múltiples secuelas de los tratamientos que me administraron, como dolor de huesos, cansancio, hormigueos y pérdidas de memoria, las cuales me impiden llevar una vida como la que llevaba antes de ser diagnosticada. Aún así, a los dos meses de finalizar la quimioterapia me dijeron que tenía que volver al trabajo al no presentar linfedema; y naturalmente no soy capaz de desarrollar las mismas tareas que antes. Además, hablando con mujeres que han pasado por mi misma situación, sé que muchas llegan a ser despedidas o se ven obligadas a dejar su trabajo debido a la agresividad de los fármacos oncológicos.
Por otra parte, siento mucha rabia al pensar que en la Seguridad Social no me realizaron las pruebas pertinentes, pues los pechos fibrosos como los míos se deben revisar mediante resonancias magnéticas; y que si no hubiese acudido a un médico privado probablemente no estaría aquí contando mi historia.
Por ello, con esta iniciativa pido a las Cortes Valencianas que destinen más recursos a la investigación del cáncer, a las pruebas para su diagnóstico precoz, al acompañamiento psicológico y al respaldo económico y laboral de los pacientes.