Ante todo, la postura sobre el Concierto Económico no debe ser tratada como si éste constituyera un tótem o dogma, tal y como han venido haciendo la mayor parte de los actores políticos de Euskadi hasta el momento. Lo que en Ciudadanos vemos fundamental -en cualquier tema y este obviamente no podía ser una excepción- es la transperencia y la política de luz y taquígrafos, y aquí se traduce en revisar el Cupo con los números en la mano. Se trata de ser coherentes con una visión de España como proyecto común. No es cierto que desde Ciudadanos propongamos eliminar el Concierto, que está reconocido en la disposición adicional 1ª de la CE, ya que a diferencia de otros partidos sí creemos en las reglas del juego democrático y el Estado de Derecho (no únicamente cuando nos conviene, sino en todo momento.) Lo que sí es cierto es que a medio-largo plazo no parece que desde Europea se vaya a apostar por este tipo de mini-haciendas, sino más bien por todo lo contrario, por una mayor armonización a todos los niveles. Y nosotros somos europeistas convencidos. Por último conviene desmitificar el falaz pero no por ello menos repetido argumento de que Euskadi es una región próspera gracias al Concierto, y de que sin éste seríamos una autonomía pobre y sin servicios públicos de calidad. Esta visión no deja muy bien parada a una sociedad que siempre se ha caracterizado por la excelencia de su clase empresarial y trabajadora. La cultura empresarial y del trabajo que se ha enseñado en esta tierra es la principal responsable del actual nivel de vida en Euskadi y el Concierto es tan solo una fórmula institucional más que puede -y debe- ser discutida. Sin tabúes.