Me llamo Valvanera y vivo en Cádiz. Hace tres años y medio, cuando tenía 36 años, me diagnosticaron un cáncer de mama intraductal. Tenía una hija de tan solo 1 año a la que mantenía con lactancia materna. Cuando dejé la lactancia materna, noté que un pecho no volvió a su estado natural y era diferente del otro. Me realizaron mamografía y ecografía mamaria pero no vieron nada fuera de lo normal porque la técnica, con mi tipo de pecho que es muy fibroso, no permite ver nada. Me realizaron una biopsia donde analizaron células cancerígenas del tipo Her2 positivo. Se trata de un tipo de tumor hormonal que actualmente está muy investigado. De hecho, los médicos me dijeron que era el mejor tipo de cáncer que podía tener.

El tumor era del tipo no infiltrante, que significa que no se ha extendido más allá de la parte del cuerpo dónde lo han detectado, a excepción de unos focos milimétricos que según los oncólogos eran poco importantes. Los médicos, con mi consenso y con la segunda opinión de otros profesionales, decidieron que no era necesario someterme a un tratamiento de quimioterapia y de radioterapia porque los efectos secundarios de estos tratamientos serian más perjudiciales que los propios focos milimétricos. Así que me practicaron una mastectomía unilateral. Desde entonces, me he sometido a revisiones de control cada seis meses y parecía que todo iba bien, hasta que en la ultima revisión de enero de este mismo año, he sido diagnosticada de metástasis pulmonar y metástasis ósea.

Yo no he fumado nunca y no tengo precedentes familiares con cáncer. Los nódulos cancerosos que tengo en los pulmones son muy pequeños y dispersos de manera que resulta imposible tomar muestra de tejido para comprobar si se trata de células de Her2 como el cáncer de mama anterior.

Actualmente se me administra quimioterapia. Me darán 6 ciclos cada 21 días con la intención de reducir las lesiones cancerígenas. Igualmente recibo inmunoterapia que me ayuda a regenerar los huesos en un intento de recuperar las lesiones oseas del esternón, fémur y dorsal. Por lo que se refiere al tratamiento psicológico, se me ha ofrecido des de la Seguridad Social pero nunca me han llamado. Me estoy tratando a través del servicio de una asociación.

El primer episodio de cáncer lo traté en una clínica privada, pero para el segundo decidí trasladarme a la sanidad pública y, he podido presenciar en primera persona la vocación del personal sanitario de nuestro sistema público de sanidad. Considero que tenemos unos médicos, enfermeros y personal sanitario en general, excelentes y que lamentablemente no se les valora y cuida lo suficiente de manera que se genera una fuga de profesionales y de recursos hacia clínicas privadas. 

Los servicios públicos sanitarios se van derivando poco a poco hacia una sanidad privada de apariencia mejor pero con dudosa calidad asistencial y excluyente para cierto sector de la población. Es por esto que me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía, que son quienes me representan, para incidir en la necesidad de destinar más recursos económicos y más soporte a la Seguridad Social y a la sanidad pública para que se garantice el servicio siempre y para saber si realmente lo planteado está sobre la mesa institucional y en que sentido.