Pregunta para Cámara de Diputadas y Diputados de Chile
En Chile se venden personas, niños y niñas, eso es una violación grave a los derechos humanos.
Llevamos muchos años estudiando temáticas relacionadas a desigualdades sociales, prácticas laborales abusivas, pero sobre todo, hemos investigado la venta y trata de personas en Chile. Porque sí, pese a su invisibilización y naturalización, en Chile se venden personas, mujeres, hombres, niños y niñas. Y ante esto, el Estado no hace mucho, y lo poco que hace, lo hace con un sesgo brutal.
El Estado de Chile viola los derechos humanos en muchas formas, una de ellas es por omisión, al invisibilizar la trata y venta de personas. Según la normativa actual, la trata de personas en Chile tiene diversas “tipificaciones”, entre ellos la “explotación laboral” subterfugio por el cual un evidente delito de Trata de Personas puede ser considerado como una “simple” infracción laboral, donde quienes cometen el delito deben pagar multas menores. Algo que favorece al empresariado, confirmando así que la trata de personas tiene una relación directa con las elites y el poder en Chile.
Durante estos años me he topado con varios discursos políticamente correctos, pero que están totalmente vacíos de conocimiento. Hay una diferencia entre trata y tráfico de personas, y al no comprender esto, la realidad se tergiversa afectando los fallos judiciales y estigmatizando grupos poblacionales como lo son las personas migrantes.
Los esfuerzos contra la trata y venta de personas se diluye en el mundo cuando los Estados invisibilizan la realidad y los marcos legales son insuficientes. Llegamos al punto de naturalizar la desaparición de personas, en Chile 2 personas desaparecen por día, actualmente Chile tiene 16.000 personas desaparecidas lo que está ligado al contrabando de niños, niñas, jóvenes y adultos. Se conoce que hay tres víctimas de trata de niños/as en La Pintana, Parral y Talca, pero esto ha sido invisibilizado por las autoridades locales, cuando deberían tener más que claro lo que ocurre en sus comunas.
Falta mucha información al respecto y a nivel mundial. Es urgente problematizar esta realidad, obviada por muchos/as, incluyendo las autoridades políticas. Mientras tanto, la trata de personas se mantiene como el tercer negocio más lucrativo del mundo.
Hay que profundizar la Ley actual sobre la trata de personas, además de emplazar al Ministerio de la Mujer y Género para que el sesgo de género no invisibilice la realidad de las personas trans y hombres. La respuesta del Estado debe ser integral y al mismo tiempo, debe garantizar la reparación a las víctimas: mujeres, comunidad LGTBIQ+, hombres y niños y niñas. No se nos puede olvidar que en Chile se venden seres humanos como un bien de mercado.