Enseñar y mantener nuestra cultura e identidad afro desde los más pequeños es el inicio del respeto a la diferencia y el reconocimiento de nuestras raíces. 

Hola, me llamo Ginna Liceth Ramos Castillo, tengo 33 años, soy una mujer afro tumaqueña pero actualmente vivo en la ciudad de Popayán, con sacrificio me hice profesional, soy abogada, especialista en gobierno y políticas públicas, también soy tecnóloga de gestión ambiental, activista afro y defensora de los derechos humanos en especial de los niños y niñas afros del país.

Contra todo pronóstico he salido adelante...y me gané una beca con la universidad de Harvard para realizar un certificado en estudios afrolatino-americanos.

Cuando estaba estudiando surgió en mí el deseo de trabajar por los derechos de las personas afrocolombianas, en especial por los de mi tierra, Tumaco. Quería hacer algo para luchar por mi comunidad, puesto que las personas negras no tienen esas mismas oportunidades y posibilidades que todos deberíamos tener.

Empecé a leer la historia y a descubrir que nosotros los afros éramos tratados mal no solo por nuestro color, si no por nuestros cabellos. Desde entonces con aquellos relatos históricos, me di cuenta que a la mujer afro siempre se le ha impuesto una cultura de los “blancos”, donde se debía llevar el cabello totalmente liso y sin friz. 

Yo como mujer afro, con mis raíces negras duré más de 15 años alisándome y dañando mi cabello, únicamente por cumplir ese estereotipo social. Esto ocurrió hasta el día 2 de diciembre del 2018 que me vi en el espejo y me pregunte a mí misma: ¿Qué estás haciendo con tu cabello? ¿Por qué cambias tu esencia? Aquí decidí cortar totalmente mi cabello para volver a renacer mis raíces afro, mis crespitos, mi identidad.

Comencé mi activismo social desde lo que representa el cabello afro

Me enfrenté a muchos comentarios y miradas de rechazo que me hubieran podido opacar, pero siempre me sentí orgullosa de mis raíces, así que comprendí que tenía que pensar en crear un canal o algo donde pudiera reunir estos temas de cultura e identidad del territorio y la comunidad afro para ayudar a resaltar lo que somos y lo que también podemos lograr.

Es por esto por lo que, escribí un cuento afro infantil llamado Sarita, en donde pretendo educar desde la niñez el respeto a la diferencia, reconociendo la identidad de sus raíces. Es así que llevo mi afro cuento conmigo y a los colegios de Popayán, dándolo a conocer y leyéndole a los niños y niñas, ya que me he dado cuenta que en las instituciones educativas es donde más se presenta el racismo entre los mismos compañeros(as). 

Pienso que la educación es transformadora y con ella podemos cambiar para bien nuestra sociedad, además que comenzar desde los más pequeños es una gran oportunidad para construir el respeto y el reconocimiento de la identidad. Además, que los niños y niñas son muy inteligentes. 

Quisiera llegar a cada rincón de mi país Colombia como también de Latinoamérica, ya que sería una experiencia gratificante para seguir en la lucha del reconocimiento de nuestras raíces afro. 

Quiero hacer esta petición porque considero que estos proyectos desarrollados con el corazón y el esfuerzo que tienen deberían contar con el apoyo de las instituciones locales, para que tenga cabida y entrada a lo que verdaderamente se hace con la comunidad en los territorios. 

Las instituciones gubernamentales no pueden seguir viendo todo desde el escritorio, sino deben adentrarse en la comunidad, conocerla, hablar con ella y entender cuáles son realmente sus necesidades. 

Pido al Congreso de la Republica una respuesta frente a estos proyectos que se desarrollan en los territorios que los conozcan y que de alguna manera exista una participación, esperando una respuesta en la página de Osoigo.com

¡apóyame para continuar escribiendo afro cuentos infantiles, educando a los niños y niñas para construir el respeto y la identidad de la comunidad afro!