Hola, mi nombre es Gisela Jiménez y estoy a punto de concluir el Grado de Trabajo Social. Estuve nueve meses trabajando en APAELP como integradora social ayudando a las personas con distintos grados de discapacidad. Al ver la falta de recursos por parte de la sociedad e instituciones a este tipo de colectivos vulnerables, decidí seguir formándome y así comencé la carrera de trabajadora social. Mi objetivo en principio era poder ayudarles, pero me di cuenta que son muchos los colectivos que se encuentran vulnerados y que hay que aportarles nuestro granito de arena.

Actualmente me estoy especializando en el terreno laboral en la inclusión y acceso a las personas con discapacidad. Lo cierto es que a pesar de que las empresas cuentan con una cuota para la inclusión social, realmente pocos son las que la cumplen. Prefieren pagar la multa correspondiente que contar en su equipo con otro tipo de realidades. Y eso es solo el reflejo de una sociedad que continúa perpetuando los prejuicios hacia las personas con algún tipo de discapacidad. 

Las personas con discapacidad al final son excluidas de todos los terrenos en la vida diaria. Principalmente se ve reflejado a la hora de conseguir un trabajo o de poder realizar ciertas actividades de ocio. Sobre todo, en la sociedad seguimos viendo un estigma negativo que nos separa en vez de ayudarles. Por ejemplo, para una persona con discapacidad motora, coger un transporte público, sigue siendo una tarea muy complicada. Muchas guaguas a día de hoy siguen sin contar con accesos para personas con movilidad funcional. 

Se debería hacer cumplir la ley. El excusarse en que los trabajos requieren ciertas condiciones que no cumplen es solo una traba para no contratarles. Porque a la hora de la verdad, no existe un control para verificar que las empresas cumplan realmente el porcentaje de contratación. Si realmente las instituciones públicas quisieran una inclusión real, destinarán los medios para que las cuotas o porcentajes se cumplan.

En el ocio y en lo laboral hay muy poca accesibilidad y conciencia social Muchas veces nos pasaba que cuando acudíamos a un museo con personas con discapacidad, a pesar de llamar y decirnos que si eran accesibles, luego en los ascensores no podía entrar una silla de ruedas. Y es que faltan campañas de sensibilización para que se muestre su realidad. Porque parece que el ocio y lo laboral es algo vetado para este colectivo.

Por eso me gustaría preguntarle al Parlamento de Canarias, ¿hasta cuando se va a seguir excluyendo del ocio y lo laboral a las personas con discapacidad?, ¿Cuando se fomentará el cumplimiento del requisito de contratación para las empresas? Hay que dar visibilidad y concienciar a nuestra sociedad para incluirles en todos los ámbitos. No hablamos de ofertas laborales u ocio específico que los separe de la sociedad, sino que se les incluya dando un acceso como el que tienen todas las personas.

A través de tu firma, conseguiremos llegar a los políticos para que por fin se hagan cargo del problema. Que realmente pregunten a las personas afectadas cómo se sienten y cuáles son sus necesidades. Porque el dolor es para los padres y madres que luchan por sus hijos/as ante una sociedad que tiende a apartes. Pero también, de aquellos/as que crecen siendo conscientes de que su gente no les incluye ni les tiene en cuenta. Inclusión sí, pero real.