Me llamo Guada y vivo en Roquetas de Mar, Almería. Hace más de 9 años que me diagnosticaron una leucemia. Al principio, relacioné los síntomas con los efectos anímicos y consecuentemente físicos derivados de una ruptura sentimental. Finalmente, después de visitarme, los médicos me diagnosticaron una leucemia en estadio 1. Empecé a recibir los tratamientos que me indicaron que tenía que seguir para superar la enfermedad, pero mi cuerpo no los asimiló. La intención era que en 7 u 8 meses la quimioterapia me dejara limpia de enfermedad, pero terminé necesitando cinco años. Cuando pensaba que me darían el alta definitiva porque estaba en remisión, me anunciaron que había recaído.

Tuve que volver a empezar el proceso, pero decidí no someterme a ningún tratamiento de quimioterapia por la agresividad que genera sobre el cuerpo este recurso, que deja secuelas para toda la vida. No encontré sentido en someterme a una quimioterapia que a lo mejor me curaría pero que durante su aplicación me invalidaría para cuidar de mis hijos, por ejemplo, y que seguramente supondría tener que recuperarme de sus efectos durante el resto de mi vida. Tratábamos los síntomas y esta vez necesité tres años para recuperarme. El 14 de abril de este año me dieron el alta definitiva y ahora mismo tengo que someterme a revisiones periódicas para controlar la evolución de la enfermedad.

Durante todo este tiempo, me he percatado de que a no ser que tengas un carácter emprendedor y luchador, la reinserción en el ámbito laboral y consecuentemente a la sociedad una vez superada una enfermedad de larga duración es muy difícil. No se ofrece ningún tipo de acompañamiento en este sentido. Hay que tener en cuenta, también, que los efectos sobre la economía que deja la enfermedad son devastadores, ya que te encuentras imposibilitado para trabajar durante mucho tiempo. Considero que es imprescindible que se fomente este aspecto enfocado en la facilitación de empleo a pacientes de cáncer o bien a familiares que han tenido que acompañar a los enfermos durante todo el tiempo que haya conllevado la curación, y/o en la guía para afrontar el mundo cuotidiano una vez estas personas dejan atrás todo este proceso.

Es por esto que me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía, ya que son quienes me representan, para plantearles lo expuesto y para que me respondan, a partir de lo mismo: ¿por qué no se impulsa ningún tipo de ayuda relacionada con el acompañamiento o bien económica en relación con la reinserción laboral una vez superada una enfermedad de larga duración?