Pregunta para Congreso de los diputados
Tengo 31 años y tengo endometriosis. ¿Cuándo vamos a tener acceso a una Sanidad y a una sociedad en la que se regulen y se informe acerca de los agentes tóxicos ambientales y alimenticios que afectan a nuestra afección?
Hola. Me llamo Helena Pérez, tengo 31 años y convivo con endometriosis.
A mí me diagnosticaron la endometriosis con 26 años. Dio la cara manifestándose en el pulmón y poniendo en riesgo mi vida. La endometriosis ha impactado altamente de forma negativa en mi vida social, laboral y familiar.
La endometriosis es una afección en la que tejido muy similar al que normalmente cubre el interior del útero (llamado el endometrio) crece fuera del útero en lugares donde no debería estar. Cuando tienes endometriosis, este tejido tiende a crecer en los ovarios, las trompas de Falopio, la parte externa del útero y en los órganos abdominales.
El tratamiento médico ofertado en su momento fue cirugía y tratamiento hormonal, tratamiento estándar que provoca muchos efectos secundarios. No obstante, tuve que buscarme la vida para encontrar información sobre mi condición y cómo abordarla.
En los servicios de salud pública y privada no se hace nada de mención a algo tan básico como la alimentación y qué terapias ayudan a mejorar síntomas y a ganar calidad de vida para las personas que se encuentran en mi misma situación.
Las afectadas somos sobremedicalizadas con antidepresivos, ansiolíticos y analgésicos potentes sin darnos nada de información acerca de nuestra enfermedad y cómo funciona. Actualmente estoy con suplementación específica de medicina natural para mejorar mi calidad de vida.
Otros síndromes asociados a la endometriosis que padezco son intolerancia al gluten, fatiga crónica y ojo seco.
A la sociedad y la comunidad médica le pido concienciación e investigación exhaustiva de cómo este modelo de vida, a nivel social, industrial y de consumo, nos está afectando, puesto que la endometriosis y muchas otras patologías se ven provocadas y acentuadas por la continua exposición a tóxicos ambientales presentes, también en la alimentación, y disruptores endocrinos presentes, como los productos cosméticos y de higiene del hogar, que nos enferman cada día más.
Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e investigación para la endometriosis, más allá de sobremedicalizarnos.
De igual forma, a los políticos les pido regulación inmediata de todos los agentes tóxicos permitidos en la alimentación y la cosmética, y una mayor concienciación sobre su uso peligroso.
Por último, queremos una regulación de las terapias alternativas, como la acupuntura o la osteopatía, para que todas tengamos un acceso de calidad.