Buenas Celia,

Lo primero que he de decir es que me solidarizo con las personas de Podemos que están siendo criminalizadas. Los intentos de criminalización nos resultan muy conocidos en Euskal Herria, y además, tampoco es nada nuevo para quienes en el Estado español han tenido valor de hacer gestos de solidaridad con la cuestión vasca.

Es evidente que ciertos medios de comunicación, utilizando a mercenarios de la información, se dedican a mentir, insultar, falsear la realidad e intentar defender los intereses de aquellos que realmente tienen mucho que perder, y no son otros que los que se han definido últimamente como “casta”, y que en mi opinión no son más que los herederos del franquismo y los estómagos agradecidos del Régimen.

Mostrar solidaridad con la cuestión vasca ha estado siempre castigado en el Estado español. Por ello, es bueno recordar a los y las compañeras del SAT, de Puyalon, de Andecha Astur y de todas las organizaciones de las otras naciones sin estado del Estado español, y de ciertas organizaciones de izquierdas españolas que durante décadas han soportado la criminalización y el castigo por parte del régimen político español.

Por otro lado, creo que este poema de Martin Niemöller simboliza muy bien el otro sentimiento que tengo cuando veo lo que ahora le sucede a Podemos, y la indignación que despiertan dichos ataques entre algunas personas, más cuando en Euskal Herria existe desde décadas una auténtica criminalización ideológica, cuando se esquilman derechos políticos y cuando hoy sigue siendo el día en el que Otegi, Diez- Usabiaga, Zabaleta, Rodriguez y Jacinto continúan en prisión por su militancia política. Añado a ello que hoy es el día en el que 28 jóvenes vascos se juegan años de cárcel por el único delito de hacer política.

El poema dice así:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,

no protesté,

porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar.

En relación a mi opinión sobre la defensa que ha realizado Podemos ante las acusaciones sobre Herrira, diré que no me ha parecido del todo correcta. Quien pretende o dice pretender abrir un proceso de ruptura con el antiguo régimen, representado en esas élites políticas y mediáticas que son reflejo del  status quo, debe empezar por poner en duda incluso la razón de la supuesta falta. Es decir, ¿Qué estaba mal, que Pablo Iglesias se reuniese con Herrira?, o por el contrario, ¿Que el estado español no cumpla con su legalidad en lo que a los derechos de los presos y presas vascas se refiere?

La prueba de la culpa, Podemos la situó en Herrira y en EH BILDU, así una y otra vez se sacaban fotos de Juan Carlos I recibiendo al compañero Xabier Mikel Errekondo o fotos de otros y otras compañeras de EH BILDU reunidos con representantes de otros partidos políticos de ámbito estatal, con el fin de trasmitir a la sociedad que Pablo Iglesias no hizo nada que otros no hiciesen antes. Pues bien, esa actitud sí que creo que puede ser reprochable, ya que quienes dicen querer cambiarlo todo, tienen la obligación de situar ese falso debate en las claves que debería darse. En mi opinión, estas claves deberían ser las del respeto de los derechos de las personas presas por parte de un Estado que se define como de derecho, y por otro lado, la necesidad de abordar desde el dialogo una negociación por la Paz y la normalización política.

Espero haber respondido a tu pregunta. Podemos tiene mi reconocimiento y solidaridad en su lucha por derrocar el régimen e implantar un verdadero cambio político, social y económico; si bien, creo que para ser alternativa al poder hay que ser crítico con ese poder incluso en aquello en lo que más difícil es. 

Si no todo habrá cambiado para que nada cambie.

Un saludo