Hola, me llamo Indira, tengo 21 años y desde los siete estoy diagnosticada de TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad). Actualmente, estoy estudiando educación infantil, ya que mi objetivo es ser para las nuevas generaciones lo que mis profesores no fueron para mí. 

Escribo esta campaña en osoigo porque considero fundamental que los políticos entiendan las necesidades que tenemos aquellos que sufrimos TDAH, sobre todo, en el ámbito educativo. Desde que me diagnosticaron este trastorno mi madre me cambió a un colegio con necesidades especiales. Más tarde, decidieron sacarme de este colegio y noté mucho la ausencia de las terapias necesarias que en el colegio anterior sí tenía. 

Al no tener muchos problemas con los estudios, en el centro educativo ordinario no consideraban que tuviese que tener cualquier tipo de adaptación. Sin embargo, conforme ha ido avanzando el tiempo y he seguido con mis estudios, me he dado cuenta de que sí necesito adaptaciones para poder seguir el ritmo de mis compañeros de clase. Un ejemplo de esto, es el tiempo en los exámenes, ya que casi nunca me da tiempo a acabarlos. También, necesito que los profesores me expliquen algunas cosas de forma distinta, con más detalle y, sobre todo, con más tiempo.

En la mayoría de los casos, los docentes me tratan como si fuera “tonta” o “vaga” y parece que no entienden que con TDAH todo cuesta un poco más. Por este motivo, por la incomprensión que llevo sufriendo muchos años, me gustaría que las nuevas generaciones de educadoras, maestros y profesoras sean conscientes de lo necesario que es garantizar la atención correcta de las personas neuroatípicas. 

Por otra parte, las ayudas económicas que recibimos las personas con TDAH son escasas y, en cuanto al tema educativo, yo únicamente opto a una subvención para costear los libros y cuento con la presión de aprobar todas las asignaturas para poder seguir recibiendo esta ayuda. Fuera de las aulas, todas las terapias corren a cuenta de cada familia y, en los colegios públicos ordinarios, las actividades como la logopedia escasean.

En resumen, son muchas las ocasiones en las que me he sentido incomprendida dentro del sistema educativo público, por eso me dirijo a los políticos del Parlamento de Galicia para que pongan medidas que garanticen una educación pública y digna para las personas que sufrimos TDAH.