Pregunta para Congreso de la República del Perú
Renato necesita tratamiento en el extranjero, pero el Estado no le da los papeles para su viaje. ¿Hasta cuándo van a seguir poniendo trabas burocráticas?
Mi nombre es Inés Loo Vilca. Soy madre de Renatito, un niño diagnosticado con Epilepsia Refractaria Activa, un mal con el que viene luchando por años y que no tiene tratamiento ni atención especializada en Perú. Su única esperanza es poder ser trasladado a Canadá, donde encontraría la salvación que merece.
Renato, mi hijo, tuvo un desarrollo típico durante sus primeros 4 años de edad, hasta que ocurrió algo que nos llamó mucho la atención. Cuando llegó del colegio, almorzó y se puso a jugar, pero en un momento se quedó mirando hacia el techo, riéndose. Nosotros lo observamos, extrañados, pero nos dijo que no le pasaba nada. Luego de esto, él pasó a tomar una siesta, pero se levantó y empezó a reírse a carcajadas. Yo lo abracé, vi su cara de miedo y empezó a botar saliva.
Lo llevé al pediatra, le comenté los síntomas que tenía y me dijo que se trataban de convulsiones. Renatito terminó internado en el hospital, pero me dijeron que no podían determinar si eran convulsiones o algo relacionado al ámbito psiquiátrico. El diagnóstico finalmente fue epilepsia refractaria más un quiste aracnoideo grande en el cerebro. Todo esto sucedió en diciembre de 2013.
Renatito llegó a estar internado en 3 hospitales, y en esas estadías se determinó, mediante una junta médica, que mi hijo debía llevar un tratamiento especializado en el extranjero. Él estuvo internado en dos hospitales más, en San Borja y Breña, hasta marzo de 2014, cuando le dan de alta, pero con el compromiso de que se iba a seguir haciendo la documentación para que Renatito pueda ir al extranjero a tratarse.
Mi hijo estuvo en casa esperando desde marzo de 2014 hasta el 2017, a pesar de que en abril de 2016 se concluyó, también en una junta médica, que el Sistema Integral de Salud (SIS) y el Ministerio de Salud (Minsa) serían los que financiarían el tratamiento de Renatito. Es con este documento que yo seguí luchando para que mi hijo obtenga su tratamiento.
Para enero de 2017, el Minsa me informa qué habían encontrado una fundación canadiense que podía financiar lo que necesitaba Renatito. Ellos me pidieron información sobre el caso de mi hijo para ver si podía ser candidato. Para mayo de 2017, a mi hijo le volvieron las convulsiones y tuvo que ser internado. Así estuvimos hasta febrero de 2018, cuando recién pudimos viajar a Canadá. Es evaluado y todos los gastos médicos fueron cubiertos por la fundación. Renato fue operado del quiste aracnoideo en el cerebro en abril de 2018. Nos dijeron que tenían todo un plan para Renato, que iba a ser favorable para su evolución, pero solo pudimos quedarnos hasta mayo.
Volvimos a Perú y, al no tener un buen seguimiento, la salud de mi hijo se fue deteriorando, a tal punto que tuvo que ser intervenido varias veces por un hematoma que se le había formado en el cerebro. Su estado de salud estaba muy complicado: me dijeron que estaba al borde de la muerte. Yo hice mi denuncia por los malos tratos que recibimos en el hospital al regresar de Canadá, pero ellos dicen que todo ha sido producto de su operación en dicho país.
Aquí en Perú ha recibido tratamientos que han sido fallidos. Hay reportes médicos donde piden que se agilice el viaje, porque la condición de mi hijo sigue empeorando. Tiene convulsiones a diario, por un anticonvulsivante que recibe, su deterioro cognitivo es evidente, se olvida de muchas cosas. Tenemos que pesar sus alimentos para que tenga el volumen de comida y agua que necesita. Yo más que su madre me he convertido en su enfermera. No puede llevar todas las terapias porque el Estado no paga a lo que se ha comprometido. Renato lo único que necesita es calidad de vida, tratamiento adecuado y tratarse en un centro especializado para la epilepsia. No podemos esperar que esto termine en un desenlace fatal.
Hoy inicio esta campaña porque quiero que las autoridades cumplan con el financiamiento y el traslado que nos prometieron y firmaron en varios documentos. Venimos esperando los papeles que mi hijo necesita para atender y que, por trabas burocráticas, no quieren darnos. Los documentos vienen de un lado a otro y no son capaces de prestarle atención a mi hijo, como si su vida no valiera nada.
Es por eso que pido su ayuda. Una sola firma puede ayudar a Renatito a estar más cerca del tratamiento que necesita. Si esta campaña logra recolectar 300 firmas, las autoridades tendrán que responder por el caso de mi hijo. Solo tienes que hacer click en “APOYAR” y compartir con tus contactos de redes sociales. Ayúdame a darle esperanza a mi hijo y que la