Soy Inmaculada Olmedo y soy orientadora socio laboral y trabajadora social. La precariedad laboral está afectando a niveles alarmantes en todos los sectores laborales y en el tercer sector lo estamos viviendo de manera preocupante. Se está vulnerando la figura del profesional dejando de valorarla. 

Las ofertas de trabajo se basan en la necesidad de un profesional del tercer sector, dando igual si es psicólogo, trabajador social, logopeda o cualquier otra figura sin tener en cuenta que son completamente diferentes. Pero al igual que si tengo un problema neurológico no acudo al cardiólogo, un trabajador social y un pedagogo no son lo mismo. 

A causa de esta precariedad y las malas condiciones laborales en algunas situaciones, me he topado con gente que se plantea abandonar la profesión. Muchas veces debido a esta inestabilidad vivimos con mucho estrés. Y esto se debe, entre otras cosas, a la costumbre de externalizar proyectos que tendrían que ser públicos con el objetivo de aportar menos dinero. 

Externalizando estos proyectos en muchas ocasiones se ofrecen condiciones diferentes que puestos en lo público. Una ONG puede plantear un sueldo y una empresa otro. Conozco casos de compañeras que, estando en el mismo proyecto y con la misma categoría profesional, hay una diferencia de 300€ en sus sueldos. El problema está en que no hay un control en la fuerza de trabajo. Si hay precariedad no hay ni desarrollo ni evolución. Si no cobramos un sueldo en condiciones, no vamos a poder cubrir nuestras necesidades y, como consecuencia, viviremos con estrés y vulnerabilidad.

Las jornadas de trabajo, en muchas ocasiones, son de más de 10 horas sin respetar las horas de descanso o cubriendo varios turnos por necesidades del puesto. Turnos de jornada partida sin posibilidad de conciliar con la vida familiar. Diversidad de funciones y multitareas, sin contratar otras figuras profesionales para dichas funciones. Los y las profesionales se van frustrando ante la temporalidad de los proyectos y esto hace que no pueda haber una promoción laboral, ni una continuidad en los mismos.

¿Cuál es el objetivo de la externalización de servicios públicos?, ¿Qué sentido tiene abaratar los servicios, para qué o para quién?; ¿Cuánto cuesta abaratar el bienestar de todas y todos nosotros?, ¿Cuánto bienestar debemos maximizar?

Un sector que trabaja por ayudar a las personas, a que estas progresen y salgan de su situación, no sabe cuidar a sus propios trabajadores que son el activo más valioso que tienen las entidades, no las entidades en sí. 

La precariedad es un proceso que entre todos vamos aceptando, cultivando y transmitiendo de generación en generación como algo normal y no es una consecuencia o una causa, es una norma que se ha instaurado como vulnerabilidad en la fuerza de trabajo.

Por ello quiero dirigirme a la Asamblea de Madrid. Porque deben ejercer un control real de dónde se emplea el dinero. Controlar cuáles son la finalidad y los objetivos de cada proyecto y de las ayudas que se ofrecen. Deben hacer un seguimiento de todos los servicios que se están externalizando. Porque los proyectos más enriquecedores son aquellos que ponen énfasis en una perspectiva psicosocial viendo las necesidades reales de una persona.