Pregunta para Asamblea de Madrid
¿Cuándo se van a mejorar las condiciones laborales de los escritores y escritoras? Parece que, si no tienes dinero o renombre, es imposible dedicarse a tiempo completo a esta profesión
Hola, mi nombre es Irene, soy docente y escritora. Dos caminos que he elegido en mi vida, y, aunque en el académico me sienta a día de hoy más realizada por las metas que he conseguido, la escritura siempre fue mi gran pasión. Como autora novel, las dificultades que percibo en este sector se centran en la accesibilidad, la precariedad y la falta de formación. En vez de impulsar la formación literaria libre y pública, con todo lo que esta aporta, seguimos limitándola al sector privado.
Cuando te inicias en la escritura, lo cierto es que es mínima la información que se te ofrece. No sabes por dónde empezar, en qué editoriales mirar, cómo es el proceso. Solo lo aprendes cuando te metes de lleno en ello. Y, la verdad, esa sensación de avanzar a ciegas genera una gran incertidumbre para aquellas personas que intentamos vivir de las letras. Porque cuando buscas en Internet, la información es por lo general escueta y poco precisa. Es complicado acceder a fuentes fiables. Finalmente, es una misma la que debe ir creándose una base de datos personal con todo aquello que va aprendiendo por el camino.
Para mí, la escritura es esa herramienta que hace posible el desdoble de la vida: a partir de la realidad se crea una segunda vida sonámbula. Desde que de niña me asomé por primera vez al cosmos de las historias, intenté dar forma a las mías. Aun sin conocer siquiera el abecedario, los garabatos sobre el papel valían para dar forma a la fantasía. Es algo a lo que siempre supe que me dedicaría. Sin embargo, es desalentador intentarlo, invertir tu esfuerzo, tu tiempo, tu cariño, y ver que nadie te va a valorar si no te expones como marca, y como una marca que, además, demuestre ser de éxito. Al final, tienes que crear un personaje o una identidad comercial. Si no te publicitas tú, nadie lo hará por ti.
Siento que muchas veces no priman la calidad y el trabajo. Si no tienes un millón de seguidores o reseñas, parece que tu libro vale menos. Y es curioso porque todos y todas consumimos de esta manera. Así nos han enseñado a hacerlo. ¿Pero en qué lugar deja esto a los autores noveles que como yo intentamos abrirnos camino en esta profesión? Al final, es un trabajo doble: tienes que darte visibilidad, venderte como un producto, y, además, escribir y crear algo novedoso que logre el impacto necesario para lograr que sobresalgas.
Otra de las circunstancias que perpetúan la precariedad en nuestro sector son algunas editoriales que llaman a tu puerta en teoría para darte una oportunidad pero que, en realidad, lo único que buscan es tu dinero. Un año están ahí, les pagas 1.500 o 2.000 euros por la adquisición total y obligada de una serie de ejemplares, condición indispensable para la co-publicación de tu novela, y luego se olvidan de ti. Si se vende el libro o no, ya no es su problema. Incluso en el caso de que te muevas mucho y consigas venderlo por tu cuenta, te darán un 10%, 15%, de las ganancias. Bajo mi punto de vista, una editorial que realmente crea en nuestra obra invertirá en ella por el mero hecho de confiar en su calidad literaria y, por tanto, en su capacidad de compensar a la larga todo ese riesgo inicial.
En mi opinión, podrían ayudarnos con diferentes acciones, pero la más urgente está orientada a las formaciones específicas en escritura creativa, en literatura, en cultura. Porque este es un mundo muy privado en el que quien pueda pagar un curso millonario y conocer a la gente adecuada tendrá muchísimas más oportunidades de entrar en el sector. Perfecto, ahí lo tienes solucionado… Pero, si no es tu caso, es algo prácticamente inaccesible. Y formaciones de calidad que estén subvencionadas casi no conozco, la mayoría son muy básicas y dirigidas a personas que se inician en la literatura.
Apenas se informa sobre las posibilidades que tenemos aquellos escritores y escritoras que buscamos perfeccionar nuestro estilo y profundizar en nuestra voz personal. Debería haber más opciones académicas que nos ayudaran a lograrlo. Hay que entender que hacerlo significaría también una inversión en cultura. Por eso, me gustaría preguntarle a la Asamblea de Madrid, ¿cuándo se van a mejorar las condiciones laborales de los escritores y escritoras? Parece que si no tienes dinero o renombre, es imposible dedicarse a tiempo completo a esta profesión.
Los libros son las puertas a otro universo, a un cambio. Son esa ventana al conocimiento, a la creación de una sociedad. ¿Por qué ser escritora tiene que suponer un desgaste mental para salvar obstáculos que poco tienen que ver con la literatura? Hay plataformas que nos apoyan, como todas esas revistas literarias que te publican y te abren el espacio de sus páginas, las tertulias literarias, los micros abiertos, las editoriales valientes. Sin embargo, ¿por qué las instituciones siguen poniendo barreras tan grandes en este sector? ¿Es que es el arte un tema menor? Firma por todos esos escritores y escritoras que estamos en busca de oportunidades para que nuestro sueño por fin se convierta en nuestra profesión.