Pregunta para Congreso de los diputados
Me llamo Isa y convivo con TOC. Nosotros siempre pensamos que algo terrible podría suceder si no hacemos determinados actos, por eso queremos que la sociedad conozca lo que es el TOC. ¡Además, los servicios psicológicos del INSS también deben mejorar!
Hola. Me llamo Isa Cerro, tengo 37 años y convivo con el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Yo he convivido con el TOC desde que tengo memoria, pero la primera vez que un médico le puso nombre a lo que me pasaba fue en 2013 cuando mi madre falleció.
En ese momento tuve una crisis muy grande y no podía controlar lo que me estaba pasando. Busqué ayuda, pero no tenía dinero y no trabajaba, así que fui a la Sanidad Pública y, ahí, me derivaron al psiquiatra, me dieron unas pastillas para calmarme -lo que hacían era dormirme- y me mandaron para casa.
No me dieron cita con el psicólogo hasta pasado 6 meses, así que, como yo seguía teniendo unos impulsos incontrolables, me tomaba la medicación que me había mandado el psiquiatra como si fueran ‘caramelos’, hasta que un día me tomé más de la cuenta y me desmayé.
En mi caso, si yo no le digo a la gente que convivo con TOC, nadie se da cuenta. Aun así, en muchas ocasiones lo escondo porque tengo que hacer cosas que no son comunes. Por ejemplo, yo tengo que tocar 3 veces un vaso y para que nadie se dé cuenta, hago movimientos peculiares. También, cuando era pequeña, el último escalón antes de entrar a mi casa, tenía que subirlo y bajarlo 3 veces. Además si yo no veía que quedaba la ‘secuencia limpia’, tenía que volver a hacerlo.
Ante estas repeticiones, mi madre me decía que no hiciera eso porque la gente se iba a reír de mí, y aprendí a sustituirlo mentalmente. Esto consiste en cambiar una secuencia haciéndola físicamente, por una mental.
Pero no solo eso, sino que, además, yo tengo relacionado el TOC con supersticiones y no puedo hablar de determinados acontecimientos ni siquiera con la psicóloga. Esto me hace tirar la ropa que tenía puesta el día de algún acontecimiento que quiera olvidar, no puedo pasar por determinadas calles, etc.
En definitiva, esta patología hace que creas que, si no haces algo, va a pasar algún suceso terrible. Pero no es que crea que puede pasar algo, sino que mi cuerpo me dice que está totalmente seguro de que va a pasar dicho suceso. Y cuando me ocurre esto, necesito relajarme y ver a una personas en concreto, la cual yo tengo como ‘mi salvador’. Así es como me relajo.
Tener TOC es pensar que eres la ‘negatividad con patas’ y que eres la responsable de lo que pueda suceder. Así que lo que hago es no salir de casa para que mi mente piense que no va a pasar nada. Y no es que piense que dicho acontecimiento me ocurrirá a mí, eso me daría igual, sino que le puede ocurrir a las personas que tengo a mi alrededor -tu eres consciente de que no es por ti, pero tu subconsciente te dice que sí lo eres-.
A pesar de todo, ahora estoy en el mejor momento de mi vida. La última psicóloga con la que estuve era muy buena y sané muchos sentimientos haciéndome más libre de estas obsesiones. También tengo que decir que mi TOC no es tan limitante como el de otras personas.
Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e investigación para el TOC y el resto de afecciones mentales.
De igual forma, queremos que haya más campañas de visibilización sobre el TOC, puesto que la gente no tiene mucha información sobre esta patología. La sociedad no termina de entender lo que es el TOC y el porqué de las cosas que hacemos en nuestro día a día.
También es muy importante que el servicio de psicología esté financiado por la Seguridad Social y sea verdaderamente eficiente -se tienen que invertir todos los recursos necesarios para minimizar las listas de espera-. El acompañamiento psicológico es fundamental en este tipo de trastornos. Lo que es un error es ir al psiquiatra por algún asunto igual o similar, que te den pastillas y te manden para casa. Así nunca mejorará la persona con la patología.
Por último, algunos profesionales sanitarios deberían seguir formándose para tener unas nociones básicas sobre algunas afecciones no tan conocidas. Por ejemplo, recuerdo una vez que me dio una crisis, no podía dormir y fui a urgencias para que me ayudaran. Allí solo me dijeron que todo era mental y que no podían hacer nada -en mi historial médico está plasmado mi TOC-, así que me dijeron que me encontraba bien, que no me pasaba nada, y me mandaron para casa.
¡Hagamos que esta petición llegue lo más lejos posible para que ninguna persona más con TOC -o con cualquier otro trastorno- pase por una crisis y no tenga la atención sanitaria adecuada por falta de conocimientos o de recursos!