Me llamo Isi, soy profesora de Lengua y literatura, y junto a mis compañeros de profesión exigimos que se dé una pronta solución a la lamentable situación que está viviendo la Educación Pública en nuestra comunidad.

La Junta de Andalucía prometió Refuerzos Pedagógicos para este curso, recursos que sabía que eran necesarios desde finales del curso pasado, y que a día de hoy, no se han hecho efectivos perjudicando la enseñanza de miles y miles de alumnos y docentes que se siguen encontrando con: 

• Aulas masificadas con ratios de entre 30, 35 y hasta 37 alumnos que imposibilitan una adecuada enseñanza a cada alumno.
• Eliminación de líneas.
• Recortes en profesorado que además impiden cubrir sustituciones.
• Profesores obligados a impartir asignaturas en las que no están especializados, no les competen, y por las que deben amplían su horario lectivo.
• Cursos iniciados sin ningún tutor asignado
• Falta de apoyos para el alumnado con necesidades específicas que están siendo abandonado a su suerte.
• Realización de gestiones burocráticas (puesta en marcha de peticiones, protocolos…) que no son atendidas por las instituciones competentes.

Pero es que ya no solo el entorno educativo, las familias también acaban desbordadas ante esta situación, y somos nosotros los que no hacemos eco de su angustia, los que damos la cara ante la falta de carencias del sistema que parece alentar la desigualdad educativa, y que solo se ofrezca una enseñanza de calidad en centros concertados y privados. 

Señores políticos, escúchenos: ¡La Educación Pública no es un gasto, es una inversión en conocimiento, moral, valores y civismo de las generaciones futuras!

Y se tiene que dejar de culpabilizar a los centros de todo lo que ocurre como consecuencia de la falta de recursos por parte de las administraciones. Que no ponen las medidas necesarias para atajar los problemas, ni dotan a la educación del personal necesario para ello. 

Próximamente habrá una manifestación para protestar contra los recortes en Educación, y demostrar que son las instituciones politizadas las que desprotegen a la infancia y la juventud en sus aulas. No los docentes que nos llevamos la preocupación a casa de alumnos a los que queremos, atendemos, y de los que nos duele que las administraciones no ofrezcan ningún tipo de atención.