¿Cómo es posible que en un país de poco más de dos millones de habitantes haya tantos políticos.?
Esa pregunta tiene su origen en el concepto “Cafe para todos” que impusieron los grandes partidos tras el golpe de estado que intentó Tejero en 1983. El Estatuto vasco atribuye a Euskadi unas competencias singulares, muy distintas a las que tienen otras autonomías. Las más singulares son la autonomía fiscal que nos otorga el Concierto económico y el convenio navarro, la gestión de la seguridad y todo el ámbito cultural y lingüístico derivado de nuestra condición de sociedad bilingüe. La fuente de estas competencias son los territorios históricos que funcionan en el caso vasco para mantener el equilibrio territorial. Sobre la base de las competencias que gestiona, Euskadi no esta superpoblada de políticos. Más sorprendente resulta, por ejemplo la estructura política que mantiene en Euskadi la Administración periférica del estado de la que no suele hablarse a estos efectos. Recuerdo además que los junteros, por ejemplo, los miembros de los tres parlamentos forales no cobran sino para cubrir los gastos de desplazamiento etc. en que incurren por acudir a plenos y reuniones.
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