La composición de un gobierno exclusivamente masculino en pleno siglo XXI es incomprensible
La composición de un gobierno exclusivamente masculino en pleno siglo XXI es incomprensible. Por añadir objetivos yo creo que es además injusto, anacrónico y profundamente conservador, impropio desde luego de alguien que se presenta como una especie de ejemplo de lo que debe ser hoy la izquierda europea. Pero además de todo eso es ineficaz porque la marginación de las mujeres implica para empezar prescindir de al menos la mitad del talento de que dispone la sociedad. Y eso afecta a la eficacia, a los modelos de gestión y a los resultados de la misma. Todos los indicadores económicos y de gestión demuestran que la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo en general y a los puestos de gerencia y responsabilidad en particular aportan beneficios a la organización que decide hacerlo. La explicación es simple: todas las estadísticas confirman que las mujeres, en términos académicos están superando claramente a los hombres y aportan a las organizaciones otras formas de hacer. Hay estudios interesantísimos del banco mundial sobre cómo cambia y mejora en términos de distribución de la riqueza la orientación de los presupuestos públicos cuando las mujeres tienen peso en los gobiernos. Lo mismo ocurre con los índices de corrupción. Los gobiernos con muchas mujeres son más transparentes y menos corruptos que los masculinos. Por eso esta decisión me parece lamentable y peor aún los argumentos con que han pretendido justificarla. No parece realmente un ejemplo de progreso.
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