Nosotros no hemos politizado el Impuesto de Sucesiones.

Desde nuestra llegada al Gobierno de Aragón nuestra preocupación ha sido promover y consolidar los servicios públicos que se prestan a la ciudadanía. Un sistema como el nuestro solo se sostiene con un sistema tributario justo.

Es verdad que en Aragón el Impuesto de Sucesiones estaba por encima de lo que se pagaba en algunas otras comunidades autónomas.

Por ese motivo, en todas las conversaciones y reuniones que hemos mantenido con el Gobierno central en torno a la posible reforma de este impuesto, el Ejecutivo aragonés ha defendido siempre la necesidad de armonizar el tributo de manera que no se paguen cuotas diferentes en función del lugar donde fallece la persona.

Dicho esto, y ante la presión social ejercida por la ciudadanía, el Gobierno se avino a alcanzar un acuerdo con el resto de grupos parlamentarios para evitar que los aragoneses se encontraran en una situación de desventaja con respecto a otros ciudadanos españoles.

Es nuestro deseo, en cualquier caso, que cuando se vuelva abordar la cuestión de la financiación autonómica, se acuerde la armonización de impuestos, de manera que no se produzcan diferencias entre las obligaciones tributarias de los ciudadanos en función de los territorios en los que residan.