Mi nombre es Jessica y mi hija está enferma desde hace dos años.

Tiene 15 años y sufre depresión con TCA y ha tenido tres intentos de suicidio. Uno de ellos fue una caída de 9 metros el pasado diciembre. Por suerte solo sufrió la rotura de los tobillos y de dos vértebras.

Con lo duro que es tener una situación así, ella es super valiente y pide ayuda muchas veces. Me dice que nos tenemos que ir para urgencias al Hospital Clínico de Málaga porque no se puede controlar y se da miedo a sí misma.

En el sitio donde a ella terapéuticamente la atienden es el Hospital Marítimo solo hay tres camas, siempre hay lista de espera y están ocupadas. Es imposible pedir una cama de un día para otro. Hay que esperar días o semanas para encontrar una cama allí.

Lo que ocurre es que te tienes que ir al Clínico y te tiras horas y horas en urgencias y observación. Y luego días y semanas aislada en una habitación hasta que haya una cama libre en el otro hospital. Ella en esa etapa empeora muchísimo mentalmente, le cuesta mucho pedir ayuda porque ella se siente responsable.

Yo estoy obligada a acompañarla porque está en un sitio de adultos y no puede estar sola. Allí lo único que hacen es que una psiquiatra va a verla media hora porque no pueden hacer más, no hay más terapias, no hay nada.

Y luego esperar la cama, que como solo hay tres pues a las dos o tres semanas te la dan. Después de estar dos semanas esperando cama a los tres o cuatro días en el Marítimo te mandan para casa.

Desde la caída los ingresos se los hacen más largos, este último fue de tres semanas. Pero después de volver a casa en menos de dos semanas me tuve que volver a ir al Clínico y esperar seis días para una cama. Ahora está ingresada desde el pasado 12 de junio.

Hay unos recursos ínfimos. Pido camas, recursos para que pueda llevarme a mi hija al hospital y le estén dando sus terapias y sus ayudas hasta que empiece a mejorar. Tres camas para toda Málaga es inaudito. Eso solo lo saben los que estamos viviendo esta situación.

Los profesionales lo intentan todo, ellos quieren ayudar pero no hay recursos. La única forma de solucionar esta situación es que entre todos hagamos ruido.

Pido a los políticos españoles que se invierta en salud mental, que haya más profesionales y recursos. Cada vez hay más menores con este problema, hay 11 suicidios diarios en España. Pido recursos para la sanidad mental. Que se otorguen ayudas para poder hacer frente a terapias en clínicas privadas, no todos nos lo podemos permitir. Genera mucha impotencia ver a tu hijo así y no poder ayudarle.

Las enfermedades mentales tienen que dejar de ser tabú, es una enfermedad como cualquier otra que por desgracia afecta a muchas personas. ¡Es muy difícil de llevar para los pacientes y familiares para que encima siga siendo un tema tabú!