Pregunta para Cortes Valencianas
Pasé 4 años sin salir de casa debido al acoso que recibí durante el primer año de instituto. ¿Por qué no se ponen en marcha protocolos eficaces contra el acoso escolar en todos los centros educativos?
Mi nombre es Jez y como muchas otras personas, sufrí bullying durante mi etapa educativa. Todo ocurrió en el primer año de instituto en Torrevieja (Alicante). Ni siquiera conocía a las chicas que empezaron a acosarme, tampoco les había dado un motivo aparente para hacerlo. Las medidas que tomó el centro se limitaron a que me quedara en casa y solo acudiera a hacer los exámenes. Sin duda, eché en falta un protocolo de actuación contra el acoso escolar para que los profesores actuaran desde el primer indicio, ¿cuándo se pondrá en marcha de manera obligatoria?
Sin apenas conocerlas un grupo de unas siete chicas me acorralaron en el recreo y empezaron a gritarme y a empujarme. Me dijeron que se habían enterado de que yo hablaba mal de ellas, lo cual era totalmente falso y llegaron a agredirme físicamente. Más tarde me enteré de que una de ellas la había tomado conmigo porque yo le gustaba al chico que le gustaba a ella.
A partir de entonces empecé a descuidar mi aspecto para que nadie más se fijara en mí. Iba con sudaderas y pantalones de chándal enormes y prácticamente no me peinaba para ir a clase. Realmente tenía miedo de gustarle a alguien más, solo quería pasar desapercibida y no llamar la atención de ningún otro chico.
Sin embargo, el acoso continuó y cada vez fue a más. Siempre me gritaban e insultaban cada vez que me veían por los pasillos, me amenazaban, intentaban pillarme al salir de clase para darme palizas… No me quedó más opción que contárselo a mi madre y suplicarle que no llegara tarde a recogerme para poder salir de clase y subirme al coche lo más rápido posible. A veces lo conseguía y otras veces lograban encontrarme antes de la salida y me agredían físicamente.
Los profesores nunca hicieron nada hasta que el acoso cruzó el límite de llegar a temer por mi vida. Un día me acorralaron en el baño y me amenazaron con una navaja. Me decían que si me rajaban la cara ya nadie me diría lo guapa que era. Por suerte, una profesora entró a tiempo y lo vio todo.
Desde ese momento, empecé a pasar los recreos en la sala de profesores hasta que finalmente el propio centro me ofreció acudir presencialmente solo a hacer los exámenes y así sucedió. Después de ese curso me cambié de instituto, pero todavía tengo secuelas de aquello. Creo que el acoso escolar no es algo que el profesorado debería pasar por alto. Se tendrían que aplicar protocolos tempranos que ayudasen a cortar el problema desde la raíz actuando desde el primer indicio. No ir a clase no es una solución factible para una niña de 12 años que está aprendiendo a formar su personalidad e inquietudes tanto académicas como sociales.
Tras mi etapa por aquel instituto, pasé cuatro años prácticamente sin salir de casa. Únicamente iba al instituto y volvía a casa, pero en mi tiempo libre no soportaba estar en la calle. A veces, salía con mi madre en el coche, pero siempre me escondía en la parte de detrás para que nadie me viera. Tenía un miedo terrible a que me descubrieran y me pegaran otra paliza.
Por desgracia este no es un caso aislado. Miles de niños y niñas tienen que enfrentarse a esto a diario. Por eso quiero dirigirme a las Cortes Valencianas para pedir que se implementen protocolos contra el acoso escolar obligatorios en todos los centros educativos.