Pregunta para Congreso de los diputados
Pedir las ayudas del IMV es un infierno burocrático. Las instituciones se están riendo de nosotros. ¿Hasta cuándo tendremos que pelear por reclamar nuestro derecho?
Mi nombre es José Tomás y quiero exponer lo lamentable que está siendo todo el proceso del Ingreso Mínimo Vital.
Soy desempleado y actualmente no tengo ningún ingreso. Me apunté al paro hace 2 años cuando volví a España, ya que residía en el extranjero. Pero parece que para que te den empleo en este país siendo mayor de 50 tiene que pasar un milagro.
Cuando pides esta ayuda hay un punto donde te piden que demuestres el dinero que se ingresa en la unidad familiar. Actualmente vivo con mi madre, que sí que tiene ingresos, pero yo no tengo ninguno. Sin embargo, el Gobierno y los ministerios consideran que con lo poco que ingresa mi madre tenemos las necesidades cubiertas los dos. ¿Por qué nos cuentan a los dos con esos ingresos? No pueden meter a dos en el saco de uno.
He pedido ayuda a todo el mundo. Incluso he escrito al Ministerio de Inclusión Social, pero nadie me da una respuesta. Me han ido derivando a otros sitios pero nadie se hace cargo de este disparate. Nadie se hace cargo de dar una explicación.
Cuando llamas nadie te coge el teléfono. Y si tienes la suerte de que te atiendan te dicen que no se puede hacer nada. Siento que las instituciones se están riendo de nosotros. Somos personas en situación de exclusión social. Al final sientes que solo no puedes hacer nada y que eres tú contra el sistema.
Las ayudas se eternizan en ser estudiadas y aprobadas si tienes la suerte de ser el caso, se retrasan los pagos o se producen errores en el cálculo. Detrás de cada solicitante o cada prestación estamos PERSONAS esperando que nos ingresen cantidades mínimas para poder salir de nuestro bache laboral o vital y seguir adelante.
Además me gustaría hacer hincapié en un hecho: si te vas a otros países europeos como Francia o Alemania, la gente que vive en la calle tiene EL DERECHO de recibir esta ayuda. Una ayuda que además proviene de Europa. Es más, si no tienes un domicilio en estos países el propio gobierno te provee de un domicilio facultativo (incluso si eres de otra nacionalidad como la española).
Las expectativas que se crearon con el IMV fueron enormes: “protegerá a millones de hogares”, “permitirá no dejar a nadie atrás”, “un día histórico”, “sacará de la pobreza extrema a más de un millón de personas”… Pero existe un gran problema con las expectativas creadas cuando éstas están muy infladas y se dan de bruces con la realidad. Y esto es, en parte, lo que ha ocurrido con el IMV. Demasiada comunicación política para un derecho con demasiados agujeros.
Me gustaría que el Congreso de los Diputados se hiciera eco de esta petición y pusiera remedio a esta situación.