El fentanilo, también llamado “la droga zombie”, es un opioide sintético muy potente que ha causado que las muertes por sobredosis derivadas de este opiáceo hayan aumentado un 90% en Estados Unidos, creando una importante crisis de salud pública. Este opiáceo sintético supera ampliamente en potencia a la heroína en 50 veces y a la morfina en 100 veces. 

En España, según los datos proporcionados por la Encuesta sobre alcohol y otras drogas (EDADES) señalan que el uso de fentanilo está en aumento en la población de 15 a 64 años, pasando del 1,9% en 2018 al 14% en 2022, el porcentaje de consumidores de analgésicos opiáceos que declaran haberlo consumido alguna vez en la vida. Si bien es cierto que el sistema sanitario público español regula de forma estricta el acceso y control de la dispensación de fármacos opioides, (lo que supone una mayor seguridad en su uso) el fentanilo se está infiltrando poco a poco en nuestras fronteras de manera ilícita amenazando con llegar a manos de muchos jóvenes en nuestro país.

Los consumos de drogas se han normalizado, se asocian a momentos y espacios de ocio, y se alejan de situaciones relacionadas con la ilegalidad o con contextos marginales. Es por ello que hay que prestar especial vigilancia con sustancias tan peligrosas como es el fentanilo, cuando son distribuidas ilegalmente y enfocadas a un uso recreativo. ¿Qué están haciendo al respecto? Además de que el consumo de drogas parece cada vez más normalizado entre los jóvenes, las acciones de prevención por parte del Estado cada vez parecen ser menos. 

Es por ello que desde las instituciones y administraciones deberían concienciar más sobre el consumo de drogas entre la población joven, así como invertir y darle la importancia que merecen a todas las acciones de prevención, apoyo y asesoramiento. 

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