Pregunta para Congreso de los diputados
El sector de peluquería y estética necesita volver al 10% de IVA para garantizar más de 25.000 puestos de trabajo: ¿Les sale más rentable reducir el IVA o pagar miles de prestaciones por desempleo?
El IVA de las peluquerías solía ser del 8% hasta la llegada de la crisis económica, que desencadenó una serie de medidas categorizadas como ‘extraordinarias’ que se han acabado quedando. En 2012, el que era por aquel entonces Ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, subió del 8% al 21% no sólo el IVA de las peluquerías, también de los cines, teatros y funerarias.
La diferencia en el sector de la estética se dio en que la subida del IVA no se tradujo, en todos los casos, en un mayor precio para el consumidor. Muchos profesionales, algunos por miedo y otros porque consideraron que no era justo repercutir esta subida en los clientes, decidieron asumir el impuesto como coste. Mayoritariamente el sector asumió el costo sin repercutir en el cliente. Todavía a día de hoy seguimos con ese IVA.
Desde entonces, llevamos pidiendo la vuelta a las condiciones en las que trabajábamos antes de la subida en 13 puntos del impuesto de valor añadido. En abril, se alertó de que la crisis del coronavirus podía provocar la desaparición del 42,4% de las peluquerías españolas, es decir, más de 20.000 establecimientos, lo que supondría la pérdida de 1.280 millones de euros este año, el 44,4% de la facturación del sector. En septiembre, la cifra de personas en riesgo de desempleo ascendía a 25.000, por lo que decidimos movilizarnos para solicitar la reducción del IVA para evitar el cierre de más negocios.
No estamos pidiendo una reducción si no una vuelta a las condiciones que solíamos tener. Para justificar esta petición planteamos la categorización de los servicios de peluquería como esenciales. Las personas con movilidad reducida, acuden por necesidad a nuestros centros. En el inicio de la pandemia, en marzo del año pasado, ya se estableció que los profesionales del sector de la peluquería podían acudir a los domicilios para atender las necesidades de las personas con problemas de movilidad. Lo primero que debería emparejarse con esa categoría que se nos atribuyó de servicio esencial, es el IVA.
Además sería una buena ayuda para paliar la sangría de los ERTES, reducciones de jornadas, despidos e incluso cierre de locales. No encontramos justo que se nos considere esenciales para algunos aspectos pero no para otros. Si se ayuda a un sector, quizá se salvan puestos de trabajos. A nivel estado, se deja de ingresar cierta cuantía de esos impuestos. ¿Pero qué te resulta más rentable? ¿La reducción del IVA o tener que pagar a más personas la prestación por desempleo, el ERTE, los despidos, un salón facturando menos? Quizá debería plantearse de esta manera la vuelta al IVA reducido.
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