Pregunta para Senado
¿Cuándo se le va a dar al Trastorno disfosfórico premenstrual (TDPM) la importancia que se merece? Necesitamos que se invierta más en investigación y profesionales especializados para tratarlo
La disforia es una emoción que resulta molesta, abrumadora, vinculada a la irritabilidad, a la agresividad a la tristeza y a la desesperanza.
Trastorno disfórico premenstrual (TDPM). ¿Sabemos qué es?
Se ha tardado mucho tiempo en dar un marco científico a este trastorno. Hoy lo tenemos codificado en el manual de psiquiatría DSM-V y en la clasificación internacional de enfermedades CIE-10. No obstante, sigue siendo una entidad infradiagnosticada. Pocos profesionales conocen el alcance de esta enfermedad. La mayor parte de las pacientes se autodiagnostican y no encuentran ayuda entre los profesionales de la salud. Los errores diagnósticos con otras entidades como el Trastorno Bipolar, los Trastornos de personalidad o la Depresión mayor son comunes.
Los síntomas del TDPM aparecen de forma cíclica entre 5-14 días antes de la menstruación. Con el paso de los años, y también en relación con eventos obstétricos, partos y abortos, se va agravando. Es un trastorno grave y puede llegar a incapacitar a las mujeres que lo padecen. Se ha asociado con más de 200 síntomas diferentes. Además de los síntomas neuropsiquiátricos, las pacientes aquejan con más frecuencia cansancio o intensa falta de energía, hipersomnia o insomnio, dolor mamario, articular, muscular, retención hídrica, cambios de peso y pulsión por la comida
Serán necesario más fondos, más investigación y más formación para poderlo diagnosticar y tratar correctamente a estas pacientes.
Soy Juana Lafaja, ginecóloga y atiendo a mujeres con numerosas patologías, entre ellas el TDPM, el Trastorno premenstrual Severo o moderado, la endometriosis, la adenomiosis, el dolor pélvico crónico, entre otras
Tradicionalmente se ha creído que el TDPM está causado por cambios en los niveles de las hormonas sexuales. Hoy se conoce que existe una reacción paradójica en el cerebro a ciertos metabolitos de la progesterona, la alopregnanolona y que hay una base inflamatoria de la enfermedad. Los factores genéticos también se han visto involucrados. Las infecciones genitales y extragenitales agravan la vivencia de los síntomas en la fase lútea. Hay que destinar fondos para diagnosticar las infecciones en el aparato genital de la mujer. La mayor parte de las infecciones de transmisión sexual, las cervicitis, las endometritis crónicas y la enfermedad inflamatoria pélvica crónica, quedan sin diagnóstico.
Los tratamientos hasta hoy han ido dirigidos a aumentar los niveles de serotonina en el cerebro mediante el uso de antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina, y a evitar las fluctuaciones hormonales mediante el uso de anovulatorios. Estos tratamientos no son eficaces en un alto porcentaje de pacientes, que siguen buscando soluciones. La investigación científica puede ampliar este arsenal terapéutico. La ciencia marca la diferencia
No se han realizado adecuadamente estudios de incidencia y prevalencia en España sobre el TDPM, pero 1 de cada 20 mujeres en el mundo, en edad fértil padecen TDPM. El TDPM causa irritabilidad severa, depresión o ansiedad durante una o dos semanas antes del inicio del período menstrual. Los síntomas remiten con la llegada de la menstruación. Los pensamientos, ideas, planes, e intentos suicidas están fuetemente asociados al TDPM. Diagnosticar a esta población de riesgo tiene que estar en nuestro punto de mira
El TDPM afecta también a la cognición y a la memoria. Esto conlleva que muchas de estas pacientes estén incapacitadas para mantener un trabajo por mucho tiempo. También es más fácil que se vean envueltas en conflictos laborales por la pérdida de las habilidades sociales en la fase lútea del ciclo (entre la ovulación y la menstruación). El TDPM, no está reconocido como causa de incapacidad laboral y es una enfermedad real.
El TDPM también afecta a la salud reproductiva. Con el paso del tiempo presentan disfunción sexual con mayor frecuencia que otras personas. Muchas de ellas postponen o renuncian a la maternidad por no conseguir encontrar solución a sus problemas médicos y por tener mermado el soporte médico, familiar, social y económico que requiere la gestación y la crianza
Tenemos la responsabilidad humana, moral y política de intentar hacer todo lo posible por seguir investigando e identificar las causas de la enfermedad por encontrar tratamientos eficaces y por mejorar el soporte médico, laboral y social que necesitan estas pacientes. Somos muchas. Queremos estar presentes. Queremos ser visibles a la sociedad.