Pregunta para Congreso de los diputados

Padezco varios trastornos de salud mental y siempre ha estado al pie del cañón hasta la desesperación, con 2 intentos de suicidio por puertas cerradas en la sanidad pública. ¿Cuándo recibiremos una atención de calidad de la seguridad social?

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Hola, soy Judith (Valkiria Resgui) tengo 31 años y soy de Sabadell. Me acompañan varios trastornos de salud mental y he tenido que recurrir a la sanidad privada por la falta de recursos y atención que ofrece la seguridad social. Toda esta experiencia hizo que me decidiera hace más de un año a utilizar Instagram para dar voz a todo aquello que tanto necesita ser tenido en cuenta desde el anonimato, que hoy destapo, desde la cuenta visibilidadalsilencio. Inicio esta petición para pedir a las instituciones más recursos y atención de la sanidad pública para la salud mental. 

Como dicen, para muestra un botón, voy a contar mi experiencia. Padezco anorexia nerviosa con episodios de purga desde hace 16 años, lo cual ha ido viniendo en compañía de depresiones, autolesiones, ansiedad y dos intentos de suicidio. A todo esto, se le suma los rasgos de un trastorno límite de la personalidad no diagnosticado de forma temprana. He realizado varios tratamientos en centros privados porque contemplan un plan de terapias completo durante el ingreso y, como tenía menos de 28 años, tenía una subvención parcial por el seguro escolar, aunque la suma mensual seguía siendo elevada. Hasta aquí todo más o menos, pero ¿cuántas familias, con miembros que padecen estos trastornos, pueden permitirse los elevados precios de estas instituciones privadas?, ¿sabéis cuántos casos de padres he conocido que han tenido que pedir grandes préstamos o han tenido que rehipotecar su casa para pagar el tratamiento a su hijx? Más de lo que me gustaría, os lo aseguro. Sin hablar, de los que padecemos estos trastornos siendo mayores de 28 años, sin cobertura de seguro escolar… ¿Por qué teniendo una sanidad pública tienen que pagar recursos privados, por la desesperación que causa querer que tu ser querido vuelva a encontrarse?, ¿hasta cuándo tratar la salud mental seguirá siendo un lujo? ¿cómo es posible que hasta en la sanidad haya este clasismo y, a consecuencia, una discriminación social? 

En mi caso, el último ingreso lo realicé con 29 años, con lo que únicamente me pude permitir estar en tratamiento privado 4 meses por tener una mutua médica privada, los cuales no fueron para nada suficientes porque el tratamiento requiere de mucho más tiempo. Al finalizarlos, me quedé en manos de la seguridad social con varias puertas cerradas y palabras muy duras detrás de ellas.

Con esto quiero decir que, me di cuenta de lo “afortunada” que había sido cuando era más pequeña de poder recibir estos tratamientos, pero hace unos meses me veía 16 años después con el peso más bajo de mi trayectoria y, con la negación de una hospitalización porque no estaba en un peso bajo (teniendo un IMC de 16, cuando el "normal" parte de 18,5) así que para ellos mi vida no corría riesgo. 

Mi madre indignada le dijo a la profesional ¿No estás viendo que es un cadáver andante? Con lo que la profesional, le contestó que sí, pero que únicamente tenían dos camas y que tampoco cumplía los requisitos para ingresar, que si quería hacerlo tendría que ser en la unidad de agudos, por otras causas, donde no habría un parón de síntomas alimentarios, lo cual para mi es esencial para dejar de tapar los verdaderos motivos ocultos y para una buena recuperación de un trastorno de alimentación. Aquí aparece nuevamente la indignación maternal. Sin embargo, yo entendí a qué se refería la profesional. El ingreso era exclusivamente para realizar una renutrición y hacer seguimiento de posibles complicaciones fisiológicas. En definitiva, te ingresan para que recuperes el peso que has perdido, centrándose solo en lo fisiológico, sin tener en cuenta las causas del trastorno para que cuando salgas de ahí no vuelvas a entrar en un mes por haber bajado más peso que la primera vez y, convertirte así, en lo que podemos llamar un/a paciente de puerta giratoria. 

¿Cuándo empezaremos a dar el mismo valor a la salud mental como se la damos a la física?. Yo pasé de ser una persona con ganas de comerse la vida a querer desaparecer si tenía que seguir viviendo así, ante tanto desamparo y desesperación.

Me gustaría concluir toda esta reflexión con agradecimientos a todas las personas, tanto profesionales del sector, como pacientes o familiares de éstos por la lucha que hay detrás de las pequeñas grandes mejoras, que hacen que los trastornos mentales cada vez tengan más visibilidad, se normalicen más y tengan más importancia sobre el bienestar, tanto de la persona como la sociedad. Porque sí, aunque a veces se nos olvide, somos seres sociales en comunidad, con posibilidad de hacer cosas maravillosas si nos ayudamos mutuamente. Además, con la suerte de ser una especie evolutiva, así que no dejes que tu mente se meta o la metan en un cuadrado. 

Es por ello que pido al Congreso de los Diputados una atención de calidad, recursos y atención continuada y PÚBLICA para las personas que tienen alguna patología en salud mental. La salud mental necesita estar completamente cubierta por la seguridad social y que no haya que recurrir a la sanidad privada para poder recibir tratamiento. 

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