Hola, me llamo Carlos Mesa y soy presidente de la junta vecinal de Prado de la Guzpeña, un pequeño municipio al noreste de León golpeado por todos lo problemas que venimos sufriendo los habitantes de la España vaciada. Ahora quieren darnos uno más: reducir a un empleado (de los tres actuales) los trabajadores de la sucursal bancaria en Puente Almuhey.

Los habitantes de Prado de la Guzpeña, Cerezal, Robledo y la Llama, los ayuntamientos de Valderrueda, Prioro y Cevanico y todas sus juntas vecinales queremos saber qué va a hacer la Junta de Castilla y León para evitar esta reducción que afectará a las 2000 personas de los 33 municipios a los que presta servicio. Ganaderos, adjudicatarios de cotos de caza y clubes deportivos de caza, asociaciones de vecinos y particulares que, en un 95%, tienen su cuenta en esta sucursal.

Una oficina que, a pesar del trabajo de sus empleados, se encuentra sobrepasada por la demanda de citas y trámites de la gente de la zona. Raro es el día que no hay cola. Necesitaría más empleados, no menos.

Sin duda la posibilidad de hacer las diligencias por Internet es muy atractiva, pero se topa con dos realidades en esta zona del país: la gente mayor, más proclive a no manejarse con las nuevas tecnologías, y la falta de una conexión de Internet. Sí, en muchas áreas del noreste de Léon la geografía montañosa y la falta de inversión en telecomunicaciones nos tienen sin Internet. Incluso con problemas con la cobertura telefónica. La televisión tampoco se ve muy bien.

Pero los residentes habituales de esta zona no somos los únicos afectados. La población en nuestros municipios se multiplica por cuatro en verano con la llegada de familiares y dueños de segundas residencias, llegando fácilmente a los 8000 habitantes.

Mucha de esta gente tiene sus recibos domiciliados y temen que cualquier trámite, como pagar una factura de la luz, pueda terminar en un corte no porque no quieran cancelar la deuda, sino porque no pueden ponerse en contacto con el banco. ¿Y el pago de los imprescindibles impuestos municipales de luz, agua, basuras…?

¿Qué va a ocurrir con los negocios que necesitan monedas para el cambio? ¿Con la gente que necesita de ese efectivo para pagar en los negocios en los que no se puede pagar con tarjeta porque, repito, no hay Internet?

Tememos que esta sea una táctica del banco para, en un futuro, cerrar la sucursal y dejarnos sin ventanilla y sin cajero. ¿Es esta la forma de potenciar la inversión y la reactivación del mundo rural, de la España vaciada?¿Enviarnos a una oficina  bancaria todavía más lejos? ¿Tener que pagar 40 euros por un taxi que nos lleve a hacer un trámite de 10 euros?

Por todo lo expuesto, hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que apoye nuestra iniciativa dirigida a la Junta de Castilla y León para que nos responda sobre qué va a hacer para evitar que se reduzcan los empleados de la ya insuficiente sucursal bancaria de Puente Almuhey.